Los centros educativos de Menorca no están preparados para situaciones climáticas extremas como las, cada vez más frecuentes, olas de calor, un diagnóstico general en el que coinciden docentes, familias y administración autonómica, y al mismo tiempo un problema que no estará resuelto a corto o medio plazo, porque exige la transformación de las escuelas existentes y una nueva visión para las futuras.
La Conselleria de Educación iniciará en septiembre la auditoría del estado de todos los centros de Balears, un compromiso que ya se recogía en el Acuerdo Marco sobre medidas sociolaborales y mejoras educativas firmado la pasada legislatura. Ese estudio de las infraestructuras servirá para elaborar un plan de climatización en las aulas, que debería estar concluido en el curso 2023-2024 pero cuya aplicación será larga y complicada.
«El plan será muy complejo y tendrá distintas lineas de actuación, porque en algunos centros implicará obras pequeñas, de mantenimiento, pero en otros, reformas mucho más profundas», declara el gerente del Institut Balear d'Infraestructures i Serveis Educatius (Ibisec), Mateu Suñer. La iniciativa contemplará medidas urgentes, como la instalación de aparatos de aire acondicionado y mejoras en el aislamiento; todo ello implicará inversiones, en algunos edificios para arreglar cerramientos y renovar ventanas y en otros «por seguridad» habrá que sustituir instalaciones eléctricas obsoletas, que no soportarían el consumo de los aparatos de climatización, explica Suñer.
Un proceso que puede demorarse
El Ibisec dispone de una partida económica asignada para obras menores, de mantenimiento de los centros, actuaciones rápidas de hasta 50.000 euros sin IVA, pero la obra mayor requiere un proceso más largo, con licitación de proyectos y un coste más elevado, que se contemplará ya en los próximos presupuestos de la Comunidad Autónoma, y los resultados no se verán con toda probabilidad hasta el curso 2024-2025. «Depende de si solo es la climatización o hay una obra añadida, cada centro es diferente y tiene sus peculiaridades», señala el gerente del Ibisec.
Los episodios recurrentes de calor extremo constituyen un nuevo reto para la comunidad educativa, no se daban hace una década. Las escuelas e institutos tienen pocas zonas de sombra, los patios son superficies cementadas donde practicar deporte y jugar pero con escasa vegetación. Este planteamiento debe cambiar.
Más árboles y sombras en los patios
«Habrá que combinar confort con sostenibilidad», subraya Suñer, «en los patios tiene que haber más árboles, más sombras», en los centros que desarrollan las escuelas de verano estos días «no se puede estar», admite el responsable del Ibisec, quien tiene constancia de peticiones individuales de centros para la climatización de sus aulas «pero vamos a hablar con todos, hay que hacer algo global, y tenemos que actuar de manera conjunta con los ayuntamientos», explica.
Por parte de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPMA) de Menorca, su presidenta, Mónica Llera, aseguró ayer que el problema del calor en las aulas se puso sobre la mesa en la primera reunión que mantuvieron representantes de la comunidad educativa con el conseller de Educación, Antoni Vera. Allí se les anunció el futuro plan de climatización pero «sin calendarizar».
Los padres piden máquinas portátiles ya
La entidad que agrupa a las asociaciones de padres y madres entiende que se trata de un proceso largo «pero hay que hacer una previsión» y en este sentido lo que proponen es que Educación provea de aparatos (máquinas portátiles de aire acondicionado y ventiladores), «para poder afrontar esa transición, tal y como se hizo durante la pandemia de covid-19, cuando se proporcionaron a las escuelas purificadores de aire», explica.
Añade Llera que la federación ha recibido quejas, las asociaciones no saben cómo afrontar la situación, pero lo que está claro, subraya, es que «a 29 o 30 grados es muy difícil mantener la concentración, tanto los profesores como los alumnos». La prueba definitiva fueron las elecciones del 23-J, cuando se proporcionaron ventiladores para que los miembros de las mesas resistieran la jornada. «El proceso para que se desarrolle el plan de climatización puede durar dos o tres años, hay que dar respuesta ya al problema», asegura Llera.
Clamor? On l'han sentit? No deu ser un comentari d'algú en tost d'un clamor? El clamor seria contra les pantalletes. Ho sap tothom però no ho diu niongú.