El pasado invierno Menorca alcanzó cotas históricas en materia de conectividad aérea, con vuelos directos con hasta nueve aeropuertos, dos de ellos extranjeros. Los menorquines pudieron desplazarse desde el Aeropuerto de Menorca hasta Palma, Barcelona, Madrid, Valencia, Bilbao, Eivissa, Málaga, Londres y París, una oferta aérea sin precedentes que todo parece indicar –todavía hay margen para que las cosas cambien– que no podrá repetirse la próxima temporada baja, en la que la Isla va a dar un paso atrás en materia de conectividad.
La decisión de Vueling de abandonar la ruta a Londres que tenía conveniada con el Consell y la retirada de los vuelos directos a París a partir del 7 de enero amenazan (el Consell está haciendo gestiones para evitarlo) con volver a dejar a Menorca sin ninguna conexión internacional. Parece que a las compañías aéreas no les interesa conectar la Isla con aeropuertos extranjeros en invierno ni siquiera con la fuerte inversión pública prevista de la Fundació Foment del Turisme, 400.000 euros por invierno para esas dos conexiones.
A esas dos rutas con Francia y Reino Unido hay que sumar la pérdida de una ruta nacional, la que Ryanair programó el invierno pasado con Málaga, a razón de dos frecuencias semanales que han desaparecido de la oferta de vuelos de la compañía irlandesa ‘low cost', que tampoco programa vuelos entre Menorca y Barcelona más allá del mes de octubre. La conexión más utilizada por los menorquines volverá a quedar en manos de una sola compañía, Vueling.
A esas certezas se le suma alguna incertidumbre, como la operativa invernal de Uep Fly!, que no revela sus intenciones y que el año pasado permitió tomar vuelos directos entre Menorca y Eivissa durante todo el invierno.
Por el momento sí parece que Vueling mantendrá la conexión (también subvencionada) con Bilbao, aunque ya hay tres semanas en las que no se programa vuelo directo.
Jordi JGSu propuesta es audaz pero no descabellada. (Y tiene además la ventaja de acabar con la masificación veraniega). Tal como lo dice usted: “Sa companyia que no funcioni en hivern, en estiu no operarà”. Una norma autonómica en este sentido no discriminaría entre personas, se limitaría a poner orden en las relaciones con empresas privadas (aerolíneas). Defender esto es tanto como defender el Principio de Reciprocidad que rige en el Derecho Internacional. Nada raro, pues.