El GOB ha presentado alegaciones al Plan de Gestión Sostenible del Agua y de Emergencia por Sequía, por considerar irreales muchos datos y cuestiones que incorpora. Tanto es así que, afirman los ecologistas, en caso de salir adelante el documento, «el caos del agua se podría agravar mucho».
«El Ayuntamiento de Ciutadella plantea incrementar un 30 por ciento las extracciones actuales del acuífero (casi completamente salinizado) y utilizar la desaladora al 100 por cien en 2031». Una estimación que el grupo ecologista «considera que no es en absoluto trasladable a la realidad».
«La resistencia a pagar el agua mucho más cara» de la desaladora ha hecho que «se hayan continuado exprimiendo las reservas subterráneas», algo que, con el crecimiento de la ciudad que plantea del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, «es absolutamente inviable en términos de abastecimiento de agua».
A los acuíferos salinizados se suman otros problemas, como que, en 30 de 76 captaciones autorizadas en el término municipal se desconocen los volúmenes que se extraen y, «en algunos casos se bombea a decenas de metros por debajo del nivel del mar», lo que aporta más sal al fluido. Además, muchas de estas captaciones no cuentan con el perímetro de seguridad requerido, de 1 kilómetro, donde están prohibidas ciertas actividades por salubridad (industriales, ganaderas). A todo ello hay que tener en cuenta que «las aguas depuradas no se pueden reutilizar», ni se pueden infiltrar en los acuíferos, por exceso de salinidad en un 85,5 por ciento del total.
Los números hablan
Según el GOB, el plan no tiene en cuenta ni los regadíos, ni los núcleos de hortals, y los cálculos que incluye demuestran que el crecimiento previsto será inasumible. «En 2021, el agua subterránea ha abastecido al 76,2 por ciento del volumen total», con 8.685 metros cúbicos diarios, y en 2031 tendrá que ser un 30 por ciento más, algo «imposible» si se revisan las reservas y sus evoluciones.
El apunte
Para los ecologistas es urgente actuar para racionalizar los usos que se hacen
Teniendo en cuenta que «los datos del Plan de Gestión Sostenible muestran la absoluta inviabilidad del crecimiento previsto en Ciutadella», los ecologisas ven imprescindible racionalizar los usos del agua. Es así que ven necesario reducir el consumo, que es de 296 litros por persona y día; hay que minimizar las fugas en la red de distribución (se pierde un 30 por ciento de agua potable); hay que controlar los regadíos (una finca extensiva precisa unos 5.000 metros cúbicos por hectárea al año); y se tienen que clausurar los pozos, los que extraen a gran profundidad, porque agravan la salinización, y los que tienen riesgo de contaminación por carecer de un perímetro de seguridad. Además, es preciso un plan de recuperación de acuíferos, reduciendo extracciones; y hay que revisar a la baja los crecimientos que impliquen más población.