Los islotes del puerto de Maó son espacios privilegiados que han sido protagonistas de la historia de la ciudad del levante insular a lo largo de los siglos y que acogen un patrimonio histórico y cultural de gran valor. Su situación en la rada mahonesa, la peculiaridad de sus edificios monumentales, sus valores medioambientales y su gran atractivo, han despertado el interés de empresas, particulares e instituciones, a la vez que han dificultado la definición de su modelo de gestión y de un plan de usos abierto a toda la ciudadanía.
Precisamente, uno de estos islotes, el Llatzeret, ha saltado recientemente a la primera plana de la actualidad informativa, a causa de la fiesta de cumpleaños que la directora insular Marta Febrer celebró el pasado 2 de septiembre, una actividad no permitida en este espacio de titularidad pública, que acabó con su cese por parte del presidente del Consell, Adolfo Vilafranca. Este asunto ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la gestión de estas pequeñas islas y de los usos permitidos en ellas.
Llatzeret, de residencia para funcionarios a espacio para eventos
La construcción del Llatzeret finalizó en 1817, y hasta principios del siglo XX el recinto funcionó como espacio de cuarentena para los barcos que viajaban con la Península. En 1967, la isla pasó a usarse como residencia de uso exclusivo para los funcionarios y altos cargos del Ministerio de Sanidad, que hacían cola para pasar allí sus vacaciones. Además, desde 1985 acoge la Escuela de Salud Pública, y en 1993 el conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural.
En 2014, el Ministerio formalizó la cesión de las instalaciones a la comunidad autónoma, y en 2015 esta se lo traspasó al Consell. Desde entonces, el espacio se ha abierto a la realización de congresos, jornadas y eventos de todo tipo, y se han impulsado las visitas guiadas. Gracias a este uso continuado, el recinto siempre se ha conservado en buen estado, a diferencia de la Illa del Rey, que ha pasado por momentos de decadencia.
Actualmente, la licencia de actividad concedida por el Ayuntamiento de Maó al Consell permite la realización de congresos, seminarios, exposiciones, conciertos y visitas guiadas de grupos, excluyendo en todo momento las celebraciones de carácter particular. Además, cuando se celebran conciertos o festivales, como el Lazareto Festival que se realizó el año pasado, se requiere que los organizadores tramiten una licencia mayor de actividad no permanente.
Pueden solicitar el uso privativo del Llatzeret las entidades sin ánimo de lucro, las empresas dadas de alta en el registro de actividades económicas y las administraciones públicas, y la ordenanza fiscal solo exime de pago cuando se trata de actividades organizadas por el propio Consell. Las actividades realizadas por ayuntamientos y entidades sin ánimo de lucro se benefician de una exención del 75 por ciento.
Durante la anterior legislatura, el equipo de gobierno del Consell barajó la posibilidad de que se pudieran celebrar bodas o actos empresariales, pero esta posibilidad, de momento, no se ha acabado concretando. Además, en 2016 el Consell presentó un plan de usos para el recinto, que contemplaba la instalación de un centro de interpretación y de un hotel gestionado por una empresa privada mediante una concesión.
Illa del Rei, un hospital recuperado por los voluntarios y una galería de arte
Este islote, situado en el centro del puerto de Maó, ha sido protagonista de algunos de los episodios más importantes de la historia de Menorca. Aquí fue donde desembarcó, en 1287, el rey Alfonso III para arrebatar la Isla a los musulmanes, y los británicos la usaron como hopital militar a partir de 1711, un uso que conservó hasta 1964. La isla también alberga los restos de una basílica paleocristiana, que nos hablan de las primeras comunidades cristianas de la Isla, allá por el siglo VI.
La Illa del Rei es un islote de titularidad pública, en el cual desde el año 2005 un grupo de voluntarios de la Fundación Hospital de la Isla del Rey han desarrollado una importante labor de recuperación y conservación del edificio monumental que albergaba el hospital. Para acomodar esta actividad al marco legal, en 2017 el Consistorio formalizó la concesión demanial en favor de la Fundación, que les otorgaba el derecho a realizar un uso privativo y exclusivo del islote durante un período de 15 años.
Anteriormente, en 2015, se había firmado un convenio entre el Ayuntamiento y la Fundación para la redacción del Plan especial de la Illa del Rey, que finalmente se aprobó en 2018. Este documento se redactó con el objetivo de dinamizar la oferta cultural del puerto de Maó, y es el que regula los usos permitidos en el islote, ajustándose a lo que marca el Plan General de Ordenación Urbana de Maó (PGOU).
Según el Plan, los usos principales permitidos en la isla del Rey son los culturales, medioambientales y educativos, y también se admiten usos complementarios como los comerciales y la restauración, que incluyen el servicio de restaurante, bar y cafetería, aunque no se permiten los bares musicales, discotecas, salas de fiestas o similares.
Estos usos se permiten expresamente en el conjunto de edificios del islote, y se establece que los usos complementarios no podrán superar el 25 por ciento del total de superficie edificada. El resto de la isla tiene la calificación de jardín público, incluyendo los accesos y los caminos internos.
En el marco de este plan especial, en 2021 la prestigiosa galería de arte Hauser & Wirth abrió sus puertas en el edificio Làngara, situando a Menorca en el mapa del arte contemporáneo internacional, aunque el islote sigue siendo de libre acceso para todo el que quiera desembarcar en él.
Illa Plana,a la espera de la creación de una escuela de navegación
En 2021, el Ministerio de Defensa vendió la Illa Plana a Autoridad Portuaria de Balears, quien incorporó este islote a la zona de servicio del puerto de Maó a través de su inclusión en la Delimitación de los Espacios y Usos Portuarios (DEUP). Situada a 200 metros del Llatzeret, la isla se halla a la espera de la rehabilitación de los edificios existentes y su ocupación para la implantación de una escuela de navegación ecológica y vela tradicional (vela latina).
Estas instalaciones permitirán mejorar las condiciones de acceso de los usuarios, tanto del Club Náutico Villacarlos como del Club Marítimo de Mahón. Asimismo, tal y como se recoge en la DEUP, se podría trasladar a esta isla la asociación Amics de la Mar Port-Maó.
Isla Pinto, un islote cerrado al público que forma parte de la Base Naval
Otro de los islotes del puerto de Maó es la isla Pinto, que actualmente no está abierta al público, puesto que pertenece a la Armada Española y forma parte de la Base Naval del puerto de Maó.
Originalmente, esta pequeña isla era un lugar rocoso, pero en 1766 los británicos la allanaron y construyeron ocho muelles en su perímetro, que son los que le confieren su forma octogonal actual, y la unieron a la ribera norte mediante un puente. En 2015, el Consell y la Fundación Museo Naval firmaron un protocolo para la creación de un museo naval, aunque el proyecto no se ha llegado a materializar.