Tras un primer intento fallido y una semana de intensas negociaciones entre los distintos grupos del Consistorio, el pleno del Ayuntamiento de Maó aprobó este jueves la nueva tasa de residuos, que debe entrar en vigor el próximo 1 de enero. Si la primera propuesta del equipo de gobierno del PSOE fue tumbada en el pleno de la semana pasada, con el voto en contra del PP y de Xisco Cardona y la abstención de Ara Maó, este jueves los socialistas contaron con el voto favorable de los populares, con lo que la tasa finalmente pudo salir adelante. Desde Ara Maó, se mantuvieron en la abstención, aunque celebraron que la modificación de la tasa en la dirección que ellos proponían.
Durante el pleno, el alcalde Héctor Pons se congratuló del acuerdo alcanzado y aseguró que «la propuesta no es perfecta, pero es mejor que la de la semana pasada, porque todos hemos aportado», y subrayó que «a nadie le gusta poner una tasa nueva, pero estoy satisfecho de que en una de las cuestiones más importantes del mandato, nadie vote en contra».
Por su parte, el portavoz del PP, Mateu Aínsa, también hizo una lectura positiva de la entente alcanzada y aseguró que su voto favorable era por «responsabilidad hacia los mahoneses». «Quiero resaltar el acuerdo entre los dos grandes partidos, PP y PSOE, y llegar a acuerdos entre nosotros tendría que ser lo normal», remarcó. Finalmente, Jordi Tutzó, afirmó que «es relevante que se hayan incluido muchas de las propuestas que Ara Maó puso sobre la mesa, y que han mejorado notablemente el articulado de la ordenanza, pero también es cierto que sigue siendo una norma insuficiente para nosotros».
Tarifa progresiva
El nuevo tributo tendrá una cuota base de 65 euros para el 2024, menos de la mitad de los 135 euros de la primera propuesta de los socialistas, a la que se le aplicarán unos coeficientes correctores en función de los metros cuadrados de la vivienda. De esta manera, se descarta la tarifa plana planteada inicialmente y se introduce un elemento de progresividad. Además, fruto de las negociaciones con los otros partidos, se rebajará un punto el IBI y se incrementará hasta el tres por ciento el ICIO, que ya se subió del 1 al 2 por ciento en el pleno de la semana pasada.
De este modo, la ordenanza plantea una tarifa progresiva a partir de la superficie de las viviendas, con lo que pagarán más las casas más grandes. Así pues, la tarifa base de 65 euros anuales se aplicará a las viviendas de entre 100 y 125 metros cuadrados. Por su parte, las viviendas de hasta 75 metros cuadrados solo pagarán el 70 por ciento, es decir, 45,5 euros, y las de entre 75 y 100 metros cuadrados, el 85 por ciento, lo que supondrá una tasa de 55,25 euros. En cambio, las viviendas de entre 125 y 150 metros cuadrados verán incrementada la cuota en un 15 por ciento, hasta los 74,75 euros, y las de más de 150 metros cuadrados en un 30 por ciento, llegando a los 84,5 euros. Del mismo modo, la tarifa base comercial baja hasta los 60 euros, sobre la cual se aplicarán varios coeficientes correctores.
También se incluyen ahora dos bonificaciones de carácter social que no se habían contemplado en la primera propuesta, y que se aplicarán a partir del 2025. La primera va destinada a las personas inscritas en el Censo de Alquiler Ético del Consell, para las que se propone incorporar un 50 por ciento de bonificación, y la otra plantea una rebaja fiscal del 50 por ciento para las personas propietarias que se encuentren inmersas en un procedimiento de ejecución hipotecaria.
Desde el equipo de gobierno, la concejala de Régimen Interior, Elena Costa, explicó que el criterio que finalmente se aplicará para determinar la tasa se había descartado inicialmente, al no ser posible establecer una relación directa entre las dimensiones del inmueble y los residuos que se generan, pero se ha incorporado ahora ante la imposibilidad de aplicar el próximo año el criterio que tiene en cuenta el número de personas empadronadas en el domicilio. Sin embargo, no descartó que este criterio pueda utilizarse más adelante.
La nueva tasa de residuos permitirá cubrir el 50 por ciento del sistema de recogida ‘puerta a puerta', por lo que se prevé que el precio se vaya incrementando durante los dos próximos años, hasta costear la totalidad del servicio en 2026.
No veo relación entre los metros cuadrados de una casa y la generación de basura. Pero bueno. Referente a hoteles y apartamentos de alquiler turístico, entiendo que en verano nos movemos en dimensiones astronómicas de basura y eso sí, no se si se reparte bién el gasto. Necesitamos una ley estricta que nos permita comprar en supermercados sin generar tanto plástico. Me huele que pagamos el empaquetado y el desecho doblemente. Este es el mayor problema que tenemos.