En 2022, los contribuyentes menorquines, marcando la casilla para la asignación del 0,7 por ciento del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), aportaron a la Diócesis de Menorca 1.180.817 euros. Esto supone un incremento del 6,2 por ciento en comparación con lo que ingresó, por este concepto, en 2021.
Así se desprende de los datos hechos públicos, este lunes, por el Obispado de Menorca, el cual cerró el ejercicio pasado con un balance contable positivo de 652.076 euros, con unos ingresos que ascendieron a 2.880.701 euros. Eso es, por debajo de los 3.310.391 euros con que la Diócesis había cerrado el año anterior.
A esta asignación se le sumó en 2022 otros 1.127.125 euros que recibió la Iglesia, correspondiente a aportaciones de los fieles, cantidad igualmente superior a los 1.146.394 euros que había percibido en 2021. En este sentido, ambos conceptos suponen las principales vías de ingresos de la Diócesis. Queda fuera de estos balances todo lo relativo a Caritas y sus empresas y servicios de inserción, que ya presentaron anteriormente sus números.
En cuanto a gastos, la mayor partida fue de 1.127.651 euros para la conservación de edificios, y otras de menor cuantía fueron, por ejemplo, los 202.800 euros para las retribuciones del clero o los 340.136 euros de las nóminas del personal seglar.
El Toro
El ahorro que se logró en 2022 de 652.076 euros (fueron 685.303 euros en 2021), se suma a otras cantidades, como el millón de euros que pagó en 2020 el Ayuntamiento de Ciutadella, por la compra de los terrenos que ocupaban las pistas del Club Tenis OAR. De ahí saldrá el dinero necesario para la inversión para la rehabilitación del Santuario de Monte Toro, un proyecto que lleva varios años en marcha. «Está en fase de tramitación, a ver si en 2024 podemos llevarlo a cabo», indicó el ecónomo diocesano, Joan Mir, durante la presentación de las cuentas de la Diócesis. Lo hizo junto al obispo de Menorca, Gerard Villalonga, y el responsable del gabinete de Comunicación, Antoni Fullana.
En lo alto de El Toro se proyecta una hospedería y una casa de espiritualidad, algo «similar a lo que hay en Lluc», en Mallorca, matizó Villalonga, quien confía que el proyecto empiece a ser una realidad en breve.
Para el máximo responsable de la Curia, la obligación de la Iglesia es mantener en el mejor estado posible su abundante patrimonio. «Lo que interesa son las personas, no las piedras, pero son necesarias para atender a las personas», apuntó, en referencia a las distintas iniciativas que impulsan.
En cuanto al presente ejercicio de 2023, el presupuesto provisional arroja unos beneficios similares a los de los dos últimos años, de 559.400 euros, con unos ingresos de 2.181.650 euros y unos gastos que se elevarían hasta los 1.622.250 euros.
El apunte
’Orgullosos de nuestra fe’, el lema de la campaña del Día de la Iglesia Diocesana
El Obispado presentó la campaña del Día de la Iglesia Diocesana, este próximo domingo, que lleva por título «Orgullosos de nuestra fe», y que según el obispo, Gerard Villalonga, es una jornada para «tomar conciencia de la participación y la corresponsabilidad que tenemos todos», porque «la fe da sentido y orientación a nuestras vidas». Villalonga destacó que el patrimonio de la Iglesia, con todos sus «bienes materiales tiene la finalidad de llevar a término su misión», de ahí que celebrara las importantes aportaciones que realizan los fieles para «el sostenimiento de la Iglesia» y para el «bien común». Para el Día de la Iglesia se ha editado la revista «La nostra Església», con una presentación el obispo y unos datos que resumen la labor diocesana, con sus 18 parroquias, 27 sacerdotes y 16 monjas y 105 catequistas. En sus 35 centros asistenciales y laborales de inserción se atendieron a 3.594 personas en 2022, hasta 2.141 pasaron por Caritas y 117 más por Manos Unidas.