La escasez de mano de obra cualificada es un problema cada vez mayor en España, y se manifiesta en numerosos ámbitos de la economía. Una muestra de ello son las dificultades que tienen muchos talleres mecánicos para encontrar profesionales. En Menorca, esta situación se agrava por la insularidad y se pone de manifiesto, especialmente, en la falta de mecánicos de motos, que provoca que muchos talleres tengan dificultades para cubrir sus vacantes y hace que los plazos para obtener cita se alarguen hasta un mes, sobre todo en verano, cuando hay más carga de trabajo.
La carencia de formación especializada, la falta de formación profesional en este ámbito, los avances tecnológicos que cada vez obligan a una mayor capacitación técnica o hasta los cambios demográficos, son algunos de los motivos que han provocado esta situación, aunque desde el sector se apunta a la falta de vocaciones y a la poca motivación entre la gente joven para realizar este trabajo como las causas principales de la falta de mano de obra en los talleres de la Isla.
Motos Jerónimo es uno de los principales talleres de motos de la Isla, y cuentan con cuatro mecánicos en Maó y dos en Ciutadella. Su gerente, Jeroni Marqués, asegura que si ahora alguien quisiera abrir un concesionario como el suyo en Menorca, con unos cuantos mecánicos en plantilla, lo tendría muy difícil, porque no encontraría personal. «Ahora nosotros no tenemos problemas, pero cuando te falta un mecánico te vuelves loco, porque no sabes dónde buscarlo», asegura.
Marqués considera que la pérdida de vocaciones entre la juventud es la causa principal de la falta de interés por este oficio. «Antes, para la gente joven tocar una moto era una cosa fantástica y si no tenías una no eras nadie y te quedabas colgado, porque no te podías relacionar con la gente. Por eso teníamos mucha cantera, pero hoy en día los jóvenes compran menos motos y no quieren ser mecánicos», afirma.
Además, al problema de la falta de profesionales se le suma la cada vez mayor sofisticación de la mecánica, que provoca la desaparición de los talleres que reparan cualquier marca, y hace más difícil encontrar a personal cualificado.
Por todo ello, Marqués considera que es necesario «cuidar y mimar más a los trabajadores», porque la relación no puede ser la misma que hace treinta años. «Ahora hay que ser más empático y estar dispuesta a dar más», remarca.
Falta de relevo generacional
Desde Motos Sant Lluís, su propietario, Vicent Seguí, también lamenta las dificultades de muchos profesionales para encontrar relevo en los talleres. «Yo mismo ahora tengo 66 años y me quiero jubilar, y estoy buscando a alguien para traspasar el negocio y darle continuidad, porque no quiero dejar a los clientes sin servicio, pero no encuentro a nadie», lamenta. Ante esta situación, explica que está en negociaciones con gente de fuera de la Isla. «Lo que es seguro es que aquí en Menorca no encontraré relevo, porque no hay mecánicos ni gente que quiera trabajar», enfatiza.
Seguí también confirma que los pocos talleres de motos que están en activo en la Isla cada vez tienen una mayor carga de trabajo, lo que hace que el tiempo de espera para obtener cita se alargue. «Ahora ya solo cogemos las motos de las marcas que nosotros comercializamos y, así y todo, estamos dando horas a un mes vista. Y en verano la situación todavía se complica más», resume.
Lo lógico, como pasa con muchas empresas familiares, sería que este hombre cuando se retire dejase el negocio a nombre de su hija, cuyo marido o pareja lleva un montón de años trabajando en ese taller codo con codo con su suegro. Su hija y su yerno seguirían explorando el negocio mientras dure, como sucede toda la vida cuando los padres se jubilan y los hijos siguen al frente de los negocios familiares. Lo que pasa es que el tal Vicent quiere pegar el pelotazo de su vida traspasando el taller por una pasta. Y eso está claro que no va a ocurrir.