El servicio de medicina interna del Hospital Mateu Orfila se encuentra en una situación muy crítica debido a la falta de profesionales, hasta el punto de que no se puede garantizar que todas las guardias puedan ser cubiertas por facultativos de esta especialidad. Además, previsiblemente la situación tenderá a empeorar debido al envejecimiento de la plantilla.
Esta es la denuncia que realiza Jordi Guerrero, jefe de sección de medicina interna en el hospital menorquín, quien ha optado por lanzar un grito de alerta con una carta que publica este miércoles en este diario, y con la que quiere que la ciudadanía y los políticos tomen conciencia de la gravedad de la situación.
- DOCUMENTO | Lea aquí la carta del doctor Jordi Guerrero
Cobertura de guardias
Actualmente, el servicio de medicina interna del Mateu Orfila cuenta con un total de diez plazas autorizadas, aunque ahora mismo solo están cubiertas ocho, y a pesar de que la plantilla se amplió en 2023, no se ha conseguido contratar a un nuevo médico internista.
Esta falta de personal provoca graves dificultades para atender a los pacientes hospitalizados, a los que acuden a las consultas y a los que precisan ser valorados previamente en el servicio de urgencias. Por ello, desde el Sindicato Médico de Balears (Simebal) solicitaron el pasado mes de noviembre al IB-Salut la declaración de estas plazas como de muy difícil cobertura, aunque de momento solo han encontrado el silencio administrativo como respuesta.
Una de las principales consecuencias de la falta de profesionales en el área de medicina interna son las dificultades para cubrir las guardias de 24 horas. En este sentido, Jordi Guerrero señala que en muchas ocasiones los médicos que realizan el servicio no son internistas, sino profesionales de otras especialidades, como neumología, oncología o endocrinología, que les echan una mano.
Obligación hasta los 55 años
A la falta de personal, se suman las bajas y la edad de los médicos, que provoca que no toda la plantilla esté disponible para la prestación de guardias. De hecho, la obligación de hacerlas termina a los 55 años, y a partir de esta edad los facultativos pueden pedir la exención.
Guerrero explica que en estos momentos son cinco los internistas disponibles para hacer las guardias, uno de los cuales está de baja. Además, él mismo podrá pedir dejar de hacerlas de aquí a dos años, por lo que la situación todavía se complicará más. Por todo ello, ahora mismo no está garantizada la disponibilidad de médicos internistas para asumir toda la carga de trabajo.
En este sentido, desde Simebal calculan que para poder cubrir todas las guardias con normalidad sería necesaria una plantilla de 12 médicos. A la vista de la situación, Guerrero asegura que «hay un horizonte muy preocupante para la cobertura de servicios esenciales en Menorca, puesto que en la actualidad ya se está haciendo con muchas dificultades».
Guerrero también denuncia los horarios que deben realizar los profesionales del área, con muchas horas extras que no se retribuyen. «Mi horario es de 8 a 15 horas, pero hoy he venido a las 7 y no me iré hasta las 17 horas, y este es un problema que afecta a todos los compañeros», lamenta.
Prestaciones
Otra consecuencia derivada de la situación límite del servicio de medicina interna es que se ha tenido que modificar el modelo de las guardias, quitando prestaciones, y a partir de abril, si no cambia nada, los sábados solo se podrá contar con un internista, cuando hasta ahora se cubría con dos personas. Se trata de «un paso atrás», según Guerrero, porque con un solo profesional los fines de semana no se podrá pasar visita a todos los pacientes ingresados y será necesario priorizar.
Asimismo, la falta de personal también provoca que se genere una lista de espera cada vez más larga y esto se convierte en «un círculo vicioso destructivo», afirma Guerrero, porque el paciente que no recibe atención en la consulta termina accediendo al sistema a través del servicio de urgencias y «ellos acaban sufriendo las consecuencias de todos los fracasos del sistema sanitario», enfatiza.
Guerrero también denuncia el cada vez menor tiempo que pueden dedicar a los pacientes, que ahora se sitúa alrededor de treinta minutos para las primera visitas, cuando hace algo más de una década era casi de 45 minutos. Además, las visitas de seguimiento se han reducido a quince minutos.
A causa de todos estos factores, Guerrero asegura que el servicio está más cerca de perder a más profesionales que de ganarlos. «He escrito una carta pública porque así no podemos seguir, y tenemos que ser conscientes de que en Menorca hay un problema con la medicina interna y es necesario poner las herramientas para arreglarlo», concluye.