El año pasado, en el Hospital Mateu Orfila se implantaron un total de 320 prótesis de cadera y rodilla. Se trata de un aumento considerable respecto al 2022, cuando en el hospital menorquín se realizaron 251 intervenciones de este tipo.
El cambio en el perfil de los pacientes, que por un lado aumentan su edad y por el otro cada vez son más jóvenes, así como una mayor demanda en cuanto a la calidad de vida por parte de los pacientes, son algunos de los factores que explican este incremento.
Perfil de los pacientes
En este sentido, el jefe del Servicio de Traumatología, José Luis Prieto, asegura que el aumento de intervenciones de este tipo responde a la evolución de los pacientes, que cada vez son más exigentes y piden una mayor calidad de vida. Además, el aumento en la esperanza de vida conlleva que ahora se estén implantando prótesis a personas de mayor edad, que pasan de los 80 años y que antes se descartaban por ser demasiado mayores.
En el otro extremo, también aumenta la gente joven que pasa por el quirófano. «Hoy día el aumento de la práctica deportiva, con un mayor número de lesiones, hacen que personas más jóvenes puedan padecer artrosis a edades más tempranas y necesiten la prótesis como solución», señala Prieto. En este sentido, el doctor remarca la necesidad de hacer ejercicio, «pero de manera saludable y con mesura, porque las articulaciones de carga, que soportan peso, como la cadera o la rodilla, son más susceptible de sufrir daños si se sobrecargan mucho a lo largo de la vida».
Por todo ello, la prótesis que más se implanta a día de hoy en el Mateu Orfila es la de rodilla, después la de cadera y, desde hace unos años, se han empezado a poner prótesis de hombro. Concretamente, el año pasado en el hospital menorquín se implantaron 150 prótesis de rodilla, 100 prótesis de cadera y 50 prótesis parciales de cadera. En relación a estas cifras, Prieto explica que cuando las prótesis se empezaron a poner, se hacían más caderas que rodillas, pero ahora la proporción se ha invertido, y se hacen tres veces más rodillas que caderas. Prieto también destaca el aumento sostenido de las operaciones. «Hace diez años se ponían unas 90 prótesis de rodilla al año y ahora estamos en las 150, con un aumento prácticamente del 50 por ciento», señala.
Cirugía y recuperación
El procedimiento quirúrgico habitual para implantar una prótesis de rodilla o de cadera suele durar alrededor de una hora y media, y la hospitalización se alarga entre cinco y siete días. La recuperación, en general, es rápida y un mes después de la intervención el paciente ya tiene un grado de independencia bastante alto, y al mes y medio se puede desplazar sin soporte externo. Al tercer mes, los pacientes ya suelen hacer vida prácticamente normal.
La coordinadora de Fisioterapia del hospital, Patricia Melià, explica que, en el caso de las prótesis de rodilla, durante el proceso de recuperación se realizan entre 35 y 40 sesiones de fisioterapia, durante unos tres o cuatro meses, con el objetivo de estimular la movilidad. La rehabilitación empieza 48 horas después de la intervención. En el caso de la prótesis de cadera, es el propio paciente el que realiza los ejercicios que le indican en el hospital.
Asimismo, a lo largo de los últimos años, la calidad de las prótesis ha mejorado, especialmente en cuanto a la durabilidad y el diseño de los materiales, que se han ido adaptando a las necesidades de los pacientes. «Hay que subrayar que son cirugías de alta complejidad y que tienen riesgos potenciales, aunque la práctica totalidad de las intervenciones son exitosas», concluye Prieto.
Un buen estado físico, factor clave para una mejor recuperación
Desde el Hospital Mateu Orfila destacan que uno de los factores más importantes para garantizar el éxito de un implante de rodilla o de cadera, así como una pronta recuperación, es el tono muscular del paciente. «Con una buena masa muscular previa a la cirugía, el paciente se recupera más rápido», remarca el doctor Prieto.
Por su parte, la coordinadora de Fisioterapia del hospital, Patricia Melià, asegura que en el área de rehabilitación se nota mucho cuando el paciente ha tenido una vida activa hasta el último día. «La persona que se ha mantenido activa tiene una recuperación mucho más rápida, el músculo se despierta antes después de la intervención quirúrgica y la atrofia se recupera más deprisa que aquel que no ha hecho nada», afirma. Por todo ello, insisten en la importancia de realizar los ejercicios previos a la intervención que se recomiendan en las charlas de preparación, así como en el mantenimiento de unos hábitos de vida saludables.
El apunte
Charlas para preparar las intervenciones, resolver dudas y reducir la ansiedad
El Hospital Mateu Orfila realiza de manera habitual charlas informativas para ayudar a preparar la intervención a los pacientes que están en lista de espera. Además, las sesiones están abiertas a toda la ciudadanía, y a menudo acuden personas que se interesan por el tema.
Joan Díaz, supervisor de Enfermería de la Unidad Medicoquirúrgica, explica que las charlas se empezaron a hacer en 2018, de la mano de la anterior supervisora, Concha Arteta, y cuentan con la colaboración de la Unidad de Fisioterapia. Durante las sesiones se explican todos los aspectos que implica la cirugía, con el objetivo es reducir la ansiedad, resolver dudas y favorecer la autonomía del paciente.