Después de 20 años de cronista en Madrid, Enric Juliana, director adjunto de «La Vanguardia», presentó el jueves el libro que interpreta la historia de estas dos décadas, «España, el pacto y la furia», en el Ateneu de Maó. La mayoría de asistentes pretendía que adivinara el futuro, pero Juliana se limitó a algunos pronósticos a partir del análisis de la información. El periodista donostiarra Carlos Lareau, le presentó y condujo el coloquio.
La ley de amnistía ocupó buena parte de las casi dos horas del acto. Juliana cree que puede tener efectos positivos para Catalunya y para la política española. Se refirió, por ejemplo, a una doble utilidad por parte del PP. Por una parte, le sirve ahora para llevar a cabo una oposición muy dura en contra del Gobierno, y más adelante, si tiene la opción de gobernar, puede encontrarse con un tema gestionado, con una posible salida. De forma irónica, dijo que «el PP bombardea por la mañana por la amnistía, y por la tarde cava túneles para un posible entendimiento con Junts». Puso dos declaraciones de Feijóo como ejemplos: durante las elecciones gallegas cuando mostró una disposición a conceder un indulto en determinadas circunstancias y esta semana pasada cuando reconoció una reunión «oficial» con Junts, «posiblemente con Puigdemont» en la que habría participado González Pons.
Enric Juliana dijo que hay que ver si las cinco candidaturas independentistas que se presentan a las elecciones catalanas obtienen mayoría absoluta o si una victoria probable del PSC es suficiente para abrir la puerta a otros escenarios. En su opinión, lo que ha quedado en evidencia es «la fantasía» de que una parte de un país de la UE puede declarar la independencia «sin que pase nada». Precisó de todas formas, que la declaración de independencia que motivó el Procés y la acusación, primero por rebelión y después por sedición, «no fue tal» o al menos «fue muy sui generis». Dijo que «se limitó a la lectura de un papel y no se dio ni un solo paso más, ni tal solo se arrió la bandera española».
De todas formas, lo que no tiene pinta de cambiar es «la furia» en la política española. Seguirán las estrategias envueltas en ruido.
El apunte
«España se ha incorporado al siglo XXI, que es el de la erosión de la democracia»
Enric Juliana interpreta que la actual situación política arranca en 2004, con la reacción a los atentados del 11-M y el vuelco electoral. Ese fue el año en que se instaló en Madrid como corresponsal de «La Vanguardia». Lo primero que le sorprendió fue comprobar «la tranquilidad con la que mentían las élites políticas y algunos medios de comunicación». Analizó que «la rabia» se cultivaba arriba, desde los partidos y los medios, y abajo «todo era más moderado». Después de la crisis del 2008 «se invirtiró el proceso» y se abrió el tiempo de «los indignados y los de arriba se asustaron». En las europeas de mayo de 2014, los dos partidos mayoritarios no llegan al 50 por ciento de los votos, yen junio, abdica el Rey. En este marco, cree que «Pedro Sánchez ha salvado al PSOE de la ruina». Ydespués llega la «operación Catalunya». Juliana cree que en estas dos décadas España ha entrado en la misma dinámica del siglo XXI de otros países, en que se está erosionando la democracia.