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Las piscinas sin licencia del hotel rural que fue símbolo de la Reserva de Biosfera en Menorca

La inspección del Consorcio de Disciplina Urbanística confirma la infracción un año después de que el GOB avisara del movimiento de tierras junto al Camí de Macarella

Imagen de una de las piscinas privadas junto a una habitación que se comercializan a través de los canales del hotel rural.

| Ciutadella |

El hotel rural Morvedra Nou de Ciutadella, que en 2020 fue la primera empresa menorquina que obtuvo la certificación de la marca de sostenibilidad Reserva de Biosfera, ha construido trece piscinas con acceso directo desde sus suites (los antiguos bouers) sin la correspondiente licencia municipal. Los titulares ya no son los mismos, la propiedad cambió de manos en 2022 y la empresa ya no está en el listado de alojamientos con el distintivo Reserva.

El Consorcio para la Protección de la Legalidad Urbanística en Suelo Rústico ha confirmado la infracción a los ecologistas del GOB, quienes denunciaron los movimientos de tierra y las obras en la zona y que ahora, un año después de alertar a la entidad del Consell, han recibido respuesta y han visto confirmadas sus sospechas: las piscinas no tienen permiso municipal y tampoco lo tienen el nuevo aparcamiento construido en terrenos del establecimiento, de 1.400 metros cuadrados de superficie, y el nuevo vial abierto en la finca.

Ya se utilizan como reclamo

La inspección realizada por el Consorcio ha derivado en la apertura de un expediente, pero las piscinas, o albercas como las denomina la empresa, están acabadas y se ofertan como reclamo en la página web del hotel de lujo de Ciutadella. El hotel, situado en el Camí de Sant Joan de Missa, ya contaba con una piscina grande para todos sus clientes, y los establos habían sido reconvertidos en habitaciones con terrazas y vistas al campo; la ampliación que es objeto del expediente sancionador consiste en la construcción de una piscina de pequeñas dimensiones en cada una de esas suites, hasta un total de trece, así como un vial y un nuevo aparcamiento, actuaciones todas ellas «sin título habilitante» para llevarse a cabo, como señala el Consorcio.

Vista desde el exterior del hotel situado en el Camí de Sant Joan de Missa, en Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

Las obras se realizaron el año pasado, los ecologistas las percibieron, el movimiento de tierras era llamativo y visible, y las pusieron en conocimiento del consorcio de disciplina en rústico, que ahora les da la razón.

Sin embargo, como sucede en otros casos, la actuación inspectora y la apertura del expediente sancionador, que derivará en una multa cuya cuantía depende de si las obras se pueden legalizar o no -las piscinas, de entrada, no son legalizables a la luz del actual Plan Territorial Insular-, se prolonga en el tiempo, y las instalaciones ya están acabadas y listas para su uso esta temporada. Al menos así lo promociona la web del grupo Numa Signature, propietario de dos hoteles en Menorca, Morvedra Nou y Amagatay, además de un tercero en la isla canaria de Lanzarote.

«Disfruta de tu propia alberca»

«Refréscate en tu jardín privado y disfruta de tu propia alberca», reza la publicidad de las habitaciones en la página web del hotel. Son suites que en el mes de agosto cuestan entre 500 y 600 euros la noche, con su chill out privado e inmejorables vistas al campo menorquín. Las piscinas son estanques situados en los jardines de cada una de las habitaciones, donde en el establecimiento original solo había las terrazas.

En 2016 el hotel rural de Morvedra Nou ya fue objeto de una ampliación, que no requirió de evaluación de impacto ambiental ya que se consideró que las obras no tendrían efectos significativos en el entorno. Con dicho proyecto el establecimiento llegó a las 48 plazas turísticas.

El apunte

Morvedra Nou, el alojamiento de lujo que era un ejemplo de ecoturismo

El hotel familiar Morvedra Nou llevaba 22 años en funcionamiento cuando en 2020, y tras acreditar sus buenas prácticas medioambientales, obtuvo el certificado de la marca de sostenibilidad Menorca Reserva de Biosfera. Con ese sello pudo iniciar los trámites para entrar en el Club de Ecoturismo de España.

Era una finca con varias generaciones de historia. Precisamente lo que atrajo a los nuevos propietarios, un grupo inversor vasco al que la familia Bendito Vivó traspasó el negocio en 2022. El objetivo de los nuevos propietarios era abrir todo el año y potenciar actividades como el senderismo, la bicicleta y el turismo starlight, con el que también está distinguido el hotel.

Ahora ha pasado de ser ejemplo de ecoturismo a estar, precisamente, en el punto de mira ecologista.

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