El torrente de Cala Galdana vuelve a exhibir una coloración blanquecina extraña y sus aguas, además, desprenden esta semana un hedor desagradable. Se trata, una vez más, de uno de los episodios recurrentes que afean el río separador de las franjas de Ciutadella y Ferreries con un aspecto que no se corresponde con el que debería tener.
La causa de este nuevo desajuste del líquido que va a parar al mar no está definida. Podría tratarse de un vertido, como ya ocurriera el año pasado, pero también la consecuencia de los tramos del alcantarillado en mal estado confirmados por los informes del ingeniero del Ayuntamiento de Ciutadella desde hace varios años en la franja que corresponde a su municipio, ya que la de Ferreries está renovada y revisada.
Uno de ellos, de 280 metros, transcurre paralelo al torrente, casi hasta su desembocadura, mientras que el otro, de 240, figura en la calle de Es Mirador, perpendicular al puente. Ese estado, reflejado en el informe anual de infraestructuras que deben realizar los ayuntamientos, puede provocar filtraciones desde el torrente al alcantarillado y en el sentido contrario.
La alcaldesa de Ciutadella, Juana Mari Pons Torres, ha encargado analíticas para comprobar el estado del agua, y prevé hablar con Abaqua. Como decisión más importante, sin embargo, confirmó ayer que incluirá en el Plan Insular de Cooperación de este año la renovación del alcantarillado obsoleto cuando acabe la próxima temporada.
Estos episodios de suciedad y mal olor se suelen dar al inicio de la campaña, cuando coinciden la apertura de hoteles y locales comerciales, ha explicado el alcalde de Ferreries, Pedro Pons. Asegura que el alcantarillado de su franja no provoca filtraciones, y Abaqua ha confirmado al consistorio que el funcionamiento de la depuradora es correcto.
Sin embargo, esta infraestructura presenta un uso «anormalmente alto» en el invierno cuando debería resultar muy inferior, según la información facilitada por Abaqua al Ayuntamiento. «La solución a corto plazo es complicada», explica el primer edil ferreriense, ya que si pasa por la renovación del alcantarillado de la parte que corresponde a Ciutadella, se trata de una obra de envergadura. En todo caso, añade, «normalmente son episodios puntuales que suelen durar pocos días».
El apunte
El Seprona aconseja que el emisario llegue mar adentro
El Servicio de Protección de la Naturaleza, de laGuardia Civil, ha recomendado al Ayuntamiento de Ferreries que el emisario que saca el agua procedente de la depuradora, se alargue mar adentro, tras la pradera de posidonia, a unos 250 metros de la costa. El líquido sale limpio, explica el alcalde de Ferreries, pero en su ubicación actual en el torrente contribuye a que las aguas se remuevan lo que puede facilitar este tipo de episodios de suciedad y mal olor.