La incertidumbre sobrevuela de nuevo sobre las ocho ganaderías que venden su leche a Sa Cooperativa del Camp, una vez esta les ha comunicado, hace escasos días, que dejará de comprarles su producción el 30 de junio, cuando expire el contrato de seis meses que firmaron tras el cierre de La Payesa. Una tensa espera para los agricultores que la nueva propiedad de la fábrica intenta apaciguar, asegurando que «no les dejaremos tirados».
Según confirmaban este lunes varios de los ganaderos afectados, Sa Cooperativa del Camp les ha recordado que a partir del 1 de julio deberán encontrar otro comprador, ya que finalmente no han adquirido la fábrica de La Payesa.
A falta de dos meses y medio, los payeses todavía no saben si la nueva propiedad de la factoría tendrá interés por los tres millones de litros de leche al año que, entre todos, le proporcionan.
«Hay que hablarlo»
El titular de Formatges La Payesa Menorca, Sebastià Triay, aseguraba que «tenemos capacidad para absorber más leche, pero tenemos que hablarlo con los payeses, ahora todavía tienen contrato en vigor».
«Factible lo es», añadía Triay, admitiendo por otro lado que «el problema es que hay un excedente mundial de leche», lo que provoca el descenso de precios. De hecho, actualmente La Payesa recibe la leche de tres fincas propias y, a partir del 1 de mayo, llegará la producción de otras dos también propiedad de Triay, además hay otras dos explotaciones que han ofrecido su leche. «La pagamos a 45 céntimos, es difícil subirlo más», lamentaba el empresario.
Por otra parte, desde Sa Cooperativa del Camp, su presidente en funciones, David Pons, confirmaba que, efectivamente, se ha comunicado a los ganaderos que, después del 30 de junio, ya no podrán seguir comprándoles la leche y que tendrán que buscar otra salida.
En este sentido, Pons recordó que los últimos seis meses, la cooperativa ofreció una solución provisional a un problema urgente, como fue el cierre de la fábrica de La Payesa por parte de Explotaciones Pons Marín SL, sus anteriores propietarios. En ese momento, las ocho explotaciones que proveían a la industria se quedaban sin cliente y Sa Cooperativa accedió a continuar la producción durante medio año. En este tiempo, la sociedad cooperativa descartó finalmente la compra y entró en juego Sebastià Triay, quien se hizo con las instalaciones.
Si no fuera x los empresarios... Espero q no haya ningún comunista anticapitalista, pq un capitalista le a salvado el curro, y el culo .