El Poblado de Pescadores de Binibèquer Vell activa este miércoles la reducción del horario de visitas para garantizar el derecho al descanso de los propietarios, aquejados por comportamientos incívicos y ruidos en la zona, especialmente durante la temporada alta.
La intención de limitar aún más el tiempo que la urbanización privada permanece abierta al público lo anunció el mes pasado el presidente de la comunidad de propietarios de Binibèquer Vell, Óscar Monge, que trasladó al Consistorio el cambio en el horario de visitas, que finalmente restringe el acceso entre las ocho de la noche y las once de la mañana del día siguiente.
Binibèquer Vell es uno de los lugares más concurridos del sur de Menorca y los propietarios llevan clamando los últimos meses contra la masificación. De hecho, los dueños de las 195 casas blancas de la urbanización han adoptado esta medida para proteger este singular enclave de los efectos que, aseguran, provocan los más de 800.000 turistas que lo visitan cada año.
La situación crítica que afirman vivir los propietarios ha llevado incluso a plantear la posibilidad de prohibir definitivamente las visitas al complejo, tema que se tratará en la próxima junta general del 10 de agosto. Antes, el presidente de la comunidad se reunirá con representantes del Ayuntamiento de Sant Lluís y del Consell insular para tratar de encontrar una solución.
«A Binibèquer la promocionan la administración y las empresas turísticas, pero ¿qué beneficio logramos nosotros con ello?», se pregunta Monge, que hace hincapié en la «importante» repercusión pública y social que comporta para la Isla, ya que «estas casas privadas suponen un importante atractivo a nivel europeo, del que también se benefician los touroperadores y los mismos restaurantes y negocios de la zona».