Leo Medina, de 53 años, acaba de completar el grado superior de cocina, el máximo nivel formativo del instituto Maria Àngels Cardona, que le abriría las puertas de los mejores restaurantes. Pero, dice, «la edad y el hecho de ser mujer aún son un hándicap» y prefiere trabajar en hoteles, donde «todo es más ordenado: hay un menú, un horario y un número de comensales previsto. En cambio, en un restaurante todo es más incierto».
Tras pasarse años despachando en las mejores pastelerías de Ciutadella, en 2018 empezó a trabajar en la cadena Grupotel a las órdenes de Luis Galán, su «primer profesor de cocina». La experiencia le gustó tanto que en 2020 aprovechó el parón laboral por la pandemia para convalidar el grado medio de administrativa que ya poseía desde años atrás y se puso a estudiar cocina en el IES Maria Àngels Cardona. Incluso se marchó dos meses a Mallorca a trabajar con Tomeu Caldentey, el famoso chef mallorquín que acababa de renunciar a su estrella Michelin.
Leo ha sido la alumna sénior de una promoción con otros seis titulados en el grado superior y en la que coincidió con su hijo, Lluís de Olives de 21 años, también formándose como camarero en el mismo instituto de Ciutadella.
Lluís venía de intentar seguir los pasos de su padre, que ejerce de mecánico, pero no se salió con el ciclo formativo de Frío y Calor, y se propuso probar suerte en la hostelería, como su madre.
A los pocos meses de iniciar los estudios y tras una experiencia previa en el Susy de Macarella, le surgió la posibilidad de trabajar en Ulisses, que lo ha acabado contratando como personal fijo. Eso le ha impedido seguir con los estudios, pero tratará de hacerse con un certificado de profesionalidad.
«Me gusta servir y preparar cócteles tras la barra», dice, visiblemente motivado con un trabajo en el que exhibe «agilidad para remontar las mesas» y lograr dar servicio en una noche al máximo número de comensales.