En agosto de 2022, en la boya de Maó se registró una temperatura del aire de 32,24 grados, lo que supone el máximo histórico desde que se realizan mediciones en este punto. Se trata de una nueva muestra del aumento de las temperaturas en todo el planeta, y que está teniendo una especial incidencia en el mar Mediterráneo, según se desprende de la última actualización del Informe Mar Balear, una iniciativa de la Fundación Marilles y de las principales instituciones científicas de las Balears
Temperatura y nivel del mar
De los últimos datos recogidos en el informe, se concluye que el Mediterráneo se está calentando a un ritmo mayor que la media global. En el mar Balear, este aumento se ha concretado en un incremento del agua superficial de 1,6 grados en los últimos 42 años.
Asociado a este aumento de la temperatura, el informe señala que en el Mediterráneo occidental se ha producido una subida del nivel del mar de 18,5 centímetros en los últimos 139 años, un incremento que se está acelerando en las últimas décadas. Por todo ello, y de mantenerse las condiciones actuales, la subida del nivel del mar podría ser de hasta 80 centímetros a finales de este siglo, con lo que las playas de Balears verían reducida su superficie a la mitad.
Tortuga boba
El informe de Marilles también hace hincapié en las consecuencias negativas del calentamiento global en los hábitats y las especies marinas. Una prueba de ello es que las tortugas marinas (Caretta caretta) cada vez están nidificando en zonas más frías, lo que podría ser un intento de equilibrar la proporción de sexos, puesto que a mayores temperaturas nacen más hembras, y viceversa. El informe recuerda que en 2020 se localizaron dos nidos en Menorca, en Punta Prima y Cala Pilar, algo inédito.