Ante la escalada de precios que está viviendo el mercado inmobiliario insular y con el objetivo de hacer más asequible el disfrute de un chalé en uno de los destinos de moda, prolifera en la Isla el modelo de copropiedad, impulsado ahora por Bonnin Sansó tras la alianza suscrita con Vivla. Actualmente son tres las propiedades menorquinas que están en venta por fracciones, una en Coves Noves, otra en Son Parc y otra en Binissafúller Roters.
El director comercial de Bonnin Sanso, José Pons, explica que las propiedades, divididas en ocho participaciones cada una, se están copmercializando a buen ritmo. Las viviendas ubicadas en las urbanizaciones del norte de Es Mercadal ya han vendido la mitad de las participaciones y la de Binissafúller ya ha encontrado comprador para una fracción.
Este modelo consiste en la creación de una sociedad dividida en ocho partes. Cada parte da derecho al disfrute de la vivienda durante seis semanas, dos en temporada alta, dos en temporada media y dos en temporada baja. De ese modo se puede lograr disfrutar de una casa valorada en 1,8 millones por 225.000 euros, permitiendo el alquiler e incluso el intercambio de viviendas con otros destinos de la red de Vivla.