El periodista menorquín Tolo Moya (Maó, 1983), ex jefe de comunicación de Esquerra Republicana de Catalunya, acusa al partido de señalarle como «cabeza de turco cuando vieron que el caso apuntaba muy alto, al conseller», Sergi Sabrià. Se refiere al escándalo por los carteles que, en marzo de 2023, tres encapuchados colgaron en varias sedes de la formación política en Barcelona, con burlas al alzheimer que sufre el expresidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y en que aparecía su hermano Ernest, el candidato republicano a la alcaldía de la Ciudad Condal en las pasadas elecciones municipales. Para defenderse, el periodista se aferra a la «investigación policial y del Diari Ara'. El rotativo ha destapado que fue una acción de falsa bandera de la estructura llamada ‘B' de Esquerra, que ERC quiere mantener en la sombra.
Moya fue director de comunicación de ERC de junio de 2021 a septiembre de 2023, cuando «al culparme por los carteles dijeron que me habían despedido. Pero era mentira, seguí trabajando para el partido, aunque contratado por la Diputació de Barcelona, tengo pruebas de las campañas en que he participado».
El pasado marzo, pasó a trabajar en la comunicación de Oriol Junqueras, «hasta el jueves que fui despedido», acusado por las filtraciones a la prensa de unas grabaciones sobre unas reuniones en las que participó Moya, para intentar solucionar el tema de los carteles. «Ahora he visto que estuve en la reunión, pero no para decir qué hacer, sino porque querían que me responsabilizara y que pidiera perdón a Maragall».
«Me querían utilizar, dijeron que me lo comería yo, pero que seguiría trabajando, que no me preocupara, pero no soy político, no acepto estas cosas», defiende Moya en palabras al MENORCA · «Es Diari». «Dije que no y han ido contra mí».
«Sin pruebas»
«Han mentido sobre mi, Ernest Maragall también», asegura Moya, quien apunta igualmente a Marta Rovira. «Es la secretaria general del partido y mano derecha de Sabrià. El otro día salió en rueda de prensa diciendo muchas mentiras», acusa el periodista, quien incide en que la «investigación interna del partido depende de ella» y del vicesecretario general de comunicación y del gerente y vicesecretario de finanzas del partido, «Oriol Durán y Jordi Roig, que están implicados en el caso». Algo que «denuncié internamente, porque no es ético».
En cuanto al quid de la cuestión, de quién encargó los carteles, en realidad «creo que ésta fue una acción por libre de ‘la B', que nadie del partido la validó». Incluso, «estoy segurísimo de que no lo sabía ni Sabrià, ni Durán, ni nadie, el grupo funcionaba de forma autónoma».
Pero las culpas fueron para Moya, cuando los Mossos descubrieron que Sabrià tenía contacto con quien hizo el encargo de los carteles. «Mi cese es una medida desesperada para silenciarme, no tienen pruebas contra mí». De hecho, «ni la investigación de los Mossos d'Esquadra, ni la del ‘Diari Ara', me acusan». Por eso, «estoy estudiando demandarlos por la vía judicial, por los daños y perjuicios causados a mi imagen». Y es más. «Dice el partido que me va a demandar. ¡Que lo hagan! ¡Tengo pruebas de todo!», reta el menorquín.
El apunte
«Yo no filtré las grabaciones, no me beneficiaba y he sido el peor parado»
«Me han advertido de que no hable con periodistas», dice Tolo Moya, licenciado en Historia y Publicidad, Relaciones Públicas y Marqueting, y profesor en la Universitat Ramon Llull, además de haber trabajado en agencias de comunicación. Sobre los audios filtrados, «no sé qué interés podía tener en filtrarlos, ¿qué ganaba con eso si he sido el más perjudicado?», responde el mahonés. «Presenté todas las pruebas en la investigación interna, las tiene todo el mundo, pero yo no lo filtré», insiste, a la vez que se niega a señalar a nadie.En cuanto a la unidad B de ERC, «ya funcionaba cuando entré en el partido, yo no contraté als nens [como así los llaman], ellos han explicado que lo hizo Sabrià, como dice también el ‘Ara’», aunque en el caso de los carteles el periodista cree que el ya exconseller (dimitió el 4 de julio por este escándalo, pero defendiendo su inocencia) tampoco fue el responsable. Finalmente, el asunto fue archivado por el juzgado, una vez Ernest Maragall retiró la denuncia, al conocer que la campaña había salido de las entrañas, aunque fuera en B, de su propio partido.