Apenas tres años después de estrenar un local más amplio y céntrico en la localidad de Es Castell, Creu Roja se ve obligada a desplazarse de nuevo. Esto supone el tercer traslado en ocho años. Por tanto, pasa del número 43 del Carrer Gran a la nueve sede de 115 metros cuadrados que se ubica en la calle Victori, justo al lado de la iglesia de Nostra Senyora del Roser. Es decir, una mudanza de únicamente 130 metros.
El motivo radica en la necesidad de disponer de mayor espacio para acoger los talleres de actividades con la comodidad que se requiere. «Incrementamos la actividad. Hacemos muchas actividades con las personas usuarias, especialmente los talleres con personas mayores, así que ahora contaremos con un espacio mejor iluminado y bien adaptado», comenta la presidenta de la Asamblea Local de Maó y Es Castell, Àngels Andreu.
Crecimiento imparable
Andreu explica que este nuevo cambio «responde a la realidad». «Comenzamos a hacer muchos talleres después de la pandemia. Iniciábamos varios encuentros y esto se ha acabado convirtiendo en un gran reclamo. Será un espacio polivalente muy amplio y nos servirá para agrupar a más personas», indica la directora general. Entre estas actividades destacan los talleres cognitivos para la tercera edad, además de los talleres de canto que acompañan las sesiones de musicoterapia o actividades que giran en torno a las nuevas tecnologías.
Además, el resto de tareas correspondientes a la labor social de la Creu Roja, que cuenta con 250 voluntarios estables a lo largo del año en Maó y Es Castell, continuará del mismo modo en lo que se refiere al reparto de alimentos y productos básicos, transporte de personas, visitas domiciliarias, acompañamiento hospitalario o préstamo de material ortopédico, «Arrancamos esta nueva etapa con una gran ilusión. Todo esto acrecienta notablemente nuestra capacidad», subraya la propia Andreu.