A partir de ahora los bomberos contratados por el Consell para el Servicio Insular de Prevención y Extinción de Incendios deben residir obligatoriamente en Menorca. El Consell Executiu de la institución insular aprobó en su reunión del pasado 29 de julio la modificación de los requisitos para este personal especializado, que ya está vigente puesto que apareció en el Boletín Oficial de les Illes Balears el 9 de agosto.
Seis de los 52 componentes de la plantilla se ven afectados por este cambio, ya que comparten su residencia entre el lugar de trabajo, Menorca, y sus ciudades de origen en Mallorca, Valencia y Catalunya, al menos en uno de los casos.
El informe que han recibido los bomberos justifica esta variación significativa para asegurar la disponibilidad más inmediata de todos los efectivos, tanto del parte de Maó como el de Ciutadella, en el caso de que se produzca una catástrofe y se cerraran los puertos o el espacio aéreo para llegar a la Isla.
No se había exigido hasta ahora
El Consell indica que ha tomado esta medida restrictiva en cumplimiento del artículo 124 de deberes de los funcionarios de la Comunidad Autónoma. Este refleja que el personal «no está obligado a residir en la localidad donde trabaja, salvo los casos en que, por razón del servicio, el deber de residencia sea necesario». La institución insular interpreta que este empleo sí merece la obligatoriedad de vivir en la Isla, aunque no lo había exigido hasta ahora.
Los bomberos afectados por este cambio están en contra de su aplicación por el perjuicio que les va a causar, considerando, además, que ninguna otra plantilla de bomberos del Archipiélago impone esta obligatoriedad de residencia tratándose de una misma comunidad autónoma.
Tres días
Los profesionales que se ven obligados a realizar este cambio cumplen con su jornada laboral de 24 horas y posteriormente regresan a sus ciudades de origen, bien en barco o bien en avión, hasta que tres días después vuelven a Menorca cuando les corresponde entrar de nuevo de servicio.
Su disponibilidad es la misma que pueda tener cualquier otro bombero que vive en Menorca, indican. No se puede pretender que un profesional, en sus días libres, esté permanentemente localizado y disponible si no se le reconoce ni la residencia, ni la disponibilidad ni la exclusividad.
Tampoco consta que haya ningún informe del máximo responsable del servicio en la Isla en el que requiera esta obligatoriedad de residencia en bien del servicio, ni que esta medida se aplique a ningún otro cuerpo funcionarial de la institución insular.
Componente político
La interpretación que dan es que la decisión no persigue los motivos aludidos sino que tiene un componente político para impedir que bomberos de fuera de la Isla resten plazas a los aspirantes que son menorquines o residentes en este territorio.
Ponen como ejemplo las inundaciones de la pasada semana, en las que pese a quedar cortada la ‘general', los servicios se cubrieron con normalidad habiendo bomberos del parque de Ciutadella que residen en Maó y viceversa, quienes, por tanto, tampoco pudieron desplazarse de un lugar a otro.
El apunte
«Que se resida en la Isla no quiere decir que el servicio vaya a ser más operativo»
«Que se resida en la isla no quiere decir que el servicio vaya a ser más operativo», señala el jefe de los bomberos, Joan Rosselló. Se debe diferenciar entre residencia y disponibilidad, «pero estar disponible no quiere decir siempre y a todas horas». Rosselló explica que todos tienen una obligación moral de hacerlo pero se ha de regular con días y horarios en que uno sepa que si le llaman tiene que acudir en un tiempo límite de respuesta, «no podemos estar eternamente dispuestos». Indica, además, que se ha de reconocer y pagar esta disponibilidad.