El conflicto en los apartamentos de Sa Fua tiene completamente enfrentados a los residentes de esta urbanización de Binissafúller y al dueño del restaurante Thai Menorca, Werner Lutz.
Mientras que la comunidad de propietarios de Sa Fua, presidida por Valentín Pagador Tinoco, reclama lo que considera su «derecho a aparcar sin acoso y con suficientes espacios» sin tener que ser obligados a estacionar «en los márgenes de la carretera o en los pocos espacios disponibles, ya que la mayoría están ocupados por los clientes del restaurante», el dueño alemán defiende que las zonas de parking en la que los vecinos desean aparcar sus vehículos son de su titularidad y, por tanto, no pueden ser usadas por los residentes.
Enésimo capítulo
El último episodio de esta guerra, que tiene abierto un proceso judicial, se produjo en la madrugada del miércoles. Dos coches estacionados frente al restaurante aparecieron con las ruedas traseras perforadas, según denuncian los vecinos. Estos creen que se produjo con «un objeto punzante en un claro gesto de coacción causando unos daños materiales estimados en 500 euros».
A causa de ello, los residentes han convocado una concentración para esta misma tarde a las 19.30 horas frente al restaurante Thai Menorca para «reclamar el derecho a aparcar sin sufrir el acoso constante por parte de los clientes y el propietario de dicho establecimiento».
Este conflicto no es nuevo y se remonta a los años 70, momento en el que el padre de Werner Lutz compra los terrenos de Sa Fua, los cuales incluyen los apartamentos, bajo el nombre de la sociedad La Boyera SA, cuya sede en la actualidad es el mencionado restaurante de cocina tailandesa. Dichos apartamentos fueron traspasados en los años 2000. «La actual situación tanto catastral como de escrituras establece que existen unos límites, como son el parking y la parte derecha del restaurante, los cuales pertenecen a los Lutz», indican fuentes consultadas al entorno del propietario alemán. Sobre el aparcamiento posterior, que es el que más problemas genera, se explica que «tan solo hay una servidumbre de paso para ambulancias y carga y descarga». «Siendo propiedad de Lutz, hubiese sido cedido a los vecinos si hubiesen hecho una serie de pagos acorde a un contrato suscrito por ambas partes que no se ha cumplido», deslizan.
Los problemas aumentan cuando se hace referencia a otra supuesta serie de impagos por el suministro de un pozo de agua que pertenece a Lutz, que derivó en un corte del agua en 2016 penalizado por la justicia. Este lunes, la alcaldesa de Sant Lluís, Loles Tronch, se reunirá con Werner Lutz para tratar de calmar las aguas y alcanzar un acuerdo amistoso entre ambas partes. Por el momento, el Ayuntamiento ha habilitado un pequeño parking alternativo.