Nada es fácil en una cárcel. Tampoco en la de Menorca. Este viernes, la directora del Centro Penitenciario, María González Valbuena, aprovechó el acto institucional de la fiesta de la patrona, la Virgen de la Merced, para valorar especialmente el esfuerzo de los funcionarios, casi nunca reconocido, detallar la formación y los talleres que ofrecen entidades y voluntarios, y reclamar soluciones a algunas cuestiones pendientes. Entre ellas, la falta de médico en el centro, lo que coincide con la aplicación del plan Reduces, para incidir en el abuso de las drogas con la reducción y ajuste de la medicación, lo que no está siendo nada fácil.
«Vivimos una situación difícil»
La directora de la cárcel reconoció que «estamos viviendo una situación difícil por el déficit de facultativos», que afecta a muchos centros penitenciarios de España. María González valora la convocatoria de una oferta pública, pero considera que la «solución final se encuentra en el traspaso de las competencias en sanidad [en los centros penitenciarios] a las comunidades autónoma». Cree que esta transferencia debería llevarse a cabo para «proporcionar servicios públicos de calidad y entornos de trabajo atractivos y dignos para todos». De esta forma, los médicos podrían considerar una opción profesional atractiva, la incorporación a Instituciones Penitenciarias. También afirmó que «necesitamos la atención especializada en hospitales de la red pública, imprescindible para tratar patologías graves».
La falta de médico se añade al reto de aplicar el plan Reduces, para intentar reducir en los centros el consumo de estupefacientes, entre otras cosas, mediante la reducción y ajuste de la medicación, desde el inicio del último verano. Afirmó que la aplicación de estas medidas del plan se llevan a cabo «controladas y supervisadas en todo momento por los servicios médicos». Pidió a las familias de los internos que entiendan que «la única finalidad es que supongan un beneficio a medio y largo plazo para ellas». También reivindicó que se autorice un mayor apoyo de entidades y servicios externos en materia de prevención del consumo de drogas, como la UCA o Proyecto Hombre.
Una mejora concreta en el centro es la eliminación de la barrera de cristal, en la comunicación de los internos con sus abogados.
María González ofreció también los datos sobre las ejecutorias de condenas del último año. Se han llevado a cabo 627, de las que 150 se han cumplido mediante trabajos en beneficio de la comunidad. La mayoría afectan a condenados por violencia de genero y por delitos contra la seguridad vial.
En el acto de ayer se entregaron las menciones honoríficas a tres funcionarios por su trayectoria: Ignacio Espinosa Caballero, Eduardo Bailón y Pedro A. García Torralba. Los dos últimos explicaron el esfuerzo y las dificultades de cumplir con su trabajo. Bailón afirmó que el centro de Menorca es uno de los mejores de España.
El apunte
Centenares de alumnos han escuchado el testimonio de un preso adicto a las drogas
Miquel Mas, profesor de la Escola d’Adults de Maó, lleva años trabajando con los internos. Después de un tiempo de preparación, ha sido posible que algún preso explicara su experiencia con el consumo de drogas a centenares de alumnos en distintos centros escolares, los institutos Cap de Llevant, Joan Ramis y Maria Àngels Cardona y el centro de Es Castell, en una actividad titulada «Esperances de vida».
Esta es una muestra de un gran número de actividades de formación y talleres. Por ejemplo los que desarrollan Pastoral Penitenciaria, la unidad Epika del Obispado, el Grec para enfermos mentales, Menorca para Todos o la Federación de Fútbol. Además de la colaboración con el Ayuntamiento y el Consell, se realizan salidas programadas, 24 internos realizan trabajo remunerado, y otros participan en talleres como los de Salut Jove y Amb bona lletra. La directora informó de la posibilidad de realizar prácticas universitarias. Los asistentes pudieron ver una exposición de los trabajos de los talleres.