A pesar de que Sa Farinera de s’Arangí, en Es Mercadal, es uno de los máximos exponentes del patrimonio industrial de Menorca, su actual estado de abandono y decadencia no hace justicia a su importancia histórica. Por ello, desde el Ayuntamiento trabajan para darle un nuevo uso, que pasaría por su recuperación como bien público, y su reconversión en un espacio relacionado con la cultura y la idiosincrasia de la Isla.
Actualmente, el conjunto de edificios e instalaciones que conforman el antiguo molino de fuego es propiedad de un fondo de inversión y está a la venta por un precio de 900.000 euros, que se ha reducido en casi un millón, pero su inclusión en el catálogo de patrimonio histórico del Consell limita sus posibles usos.
«La venta es complicada porque está catalogado y protegido, y forma parte del patrimonio etnológico, lo que obliga a mantener la maquinaria, y hay muchas cosas que no se pueden hacer», señala el alcalde Joan Palliser, quien desvela que para tratar de aprovechar todo el potencial del conjunto el Ayuntamiento está estudiando un par de proyectos, para los cuales será necesaria la implicación del Consell y del Govern balear. «El espacio es muy grande y tiene muchas posibilidades, pero el problema es la gran inversión que se tiene que hacer», apunta el primer edil.
Museo o centro artístico
Palliser explica que en el Ayuntamiento han recibido varias propuestas de personas que tienen interés en que el espacio tenga un uso público, y ahora las están estudiando. Uno de los proyectos propone museizar el conjunto, con el objetivo de divulgar el patrimonio gastronómico y la cultura tradicional de Menorca, especialmente la relacionada con el campo. «Se trataría de hacer algo similar a Binisuès, pero con el añadido del molino harinero», señala el alcalde. El proyecto también incluiría un restaurante con una propuesta centrada en el producto local y el recetario menorquín, lo que permitiría poner en valor la gastronomía de la Isla.
Otra de las propuestas con las que trabaja el Ayuntamiento es la puesta en marcha de un centro de creación para los artistas locales, relacionado con la producción audiovisual. En cualquiera de los dos casos, sería necesaria la colaboración de otras administraciones, puesto que la compra del espacio y su remodelación escapan a las posibilidades del Consistorio.
En este sentido, Palliser explica que están pendientes de reunirse con el Consell y con el Govern balear «para ver qué proyecto tiene más potencial para Menorca y puede ser más viable». «Como Ayuntamiento nos interesa que esto sea público y que la administración lo mantenga de alguna manera, que se pueda visitar y que tenga un uso», remarcan desde el Consistorio.
Patrimonio industrial
El conjunto de Sa Farinera constituye un ejemplo único de la producción industrial harinera de la Isla. Se construyó a principios del siglo XX y durante muchos años funcionó con un motor gasógeno, gracias a su chimenea de 25 metros. En 1999 finalizó su actividad productiva y se convirtió en un espacio comercial y de ocio, hasta que quedó abandonado durante la primera década del nuevo siglo.