El área de Medio Ambiente del Consell quiere fomentar el reciclaje y la circularidad de los plásticos que se generan en el campo menorquín, para lo cual está trabajando en un nuevo sistema de recogida de este tipo de residuos, que se espera que pueda estar operativo a mediados del año que viene.
De momento, y hasta que entre en funcionamiento el nuevo contrato, el Consell ha retomado esta semana el servicio de recogida en las fincas agrícolas y ganaderas, tal y como se realizaba hasta que se interrumpió a principio de año, lo que ha provocado que a lo largo de estos meses el plástico agrícola se haya acumulado en muchas fincas, motivando las quejas de las organizaciones agrarias.
Nuevo contrato
El director insular de Medio Ambiente, Mateu Aínsa, explica que el contrato existente hasta ahora se está gestionando desde su departamento, pero «no sirve para promover la separación de residuos ni la circularidad que permita buscar un segundo uso a los plásticos». En este sentido, Aínsa recuerda que este tipo de plásticos, unas 300 toneladas al año, van directamente al vertedero, porque no se pueden tratar. Además, señala que se trata de unos residuos asimilables a los industriales, cuya gestión suele ser una responsabilidad de la industria que los genera, «pero desde el Consell se presta un servicio de recogida a los llocs como si fueran residuos domésticos».
Por este motivo, Aínsa considera que el actual servicio se podría calificar como una ayuda al campo, por lo que se han puesto en contacto con la Conselleria de Agricultura para que intervenga en la elaboración del nuevo contrato, que se gestionará a través de la Asociación Leader Illa de Menorca. «Ahora nos planteamos hacer un contrato definitivo a más años, con todo lo que implica, porque la tramitación es más larga, y aunque no discutimos su coste, porque no es muy alto, sí que creemos que no debe seguir como hasta ahora», afirma.
A pesar de ello, Aínsa subraya que la elaboración de las condiciones del nuevo servicio no es fácil, porque los materiales que se usan en el campo a menudo son difíciles de reciclar. «Los plásticos de las balas de paja, por ejemplo, tienen que ser fuertes para que no se rompan, y el plástico reciclado es más débil y hay que buscar otras soluciones. En cambio, para los tubos de riego sí que hay materiales más biodegradables», explica.
Contrato puente
De momento, y hasta que se pueda poner en marcha un sistema más sostenible, el Consell ha optado por renovar el convenio que tenía con la anterior empresa de transporte, mediante la firma de un contrato menor el pasado miércoles, y después de que la primera licitación quedara desierta.
De esta manera, los payeses de la Isla vuelven a contar con este servicio gratuito, que funciona a demanda, por lo que podrán dar salida a los plásticos que se acumulan en sus fincas, y que no se pueden depositar en los puntos verdes. La idea del Consell es que este sea «un contrato puente», y que sirva para cubrir el servicio hasta mayo o junio.