Madre e hija tenían que viajar a Barcelona para que la primera, paciente derivada del Ib-Salut, se sometiese a una biopsia en un hospital de la capital catalana. La agencia de viajes les había reservado billetes en el vuelo que tenía que despegar de Menorca a las 19.30 horas del domingo, pero Vueling canceló el trayecto alegando una avería en el avión.
Ahí empezó la aventura que relata la hija a este diario con la condición de no revelar su nombre para respetar su privacidad. No pudieron viajar el lunes al no haber ninguna plaza disponible en las frecuencias programadas, perdieron la cita médica y hasta ayer a las 10.30 horas no pudieron viajar a Barcelona. Es uno de los muchos casos de menorquines afectados por el cuello de botella en que se convierte a menudo la principal puerta de salida de la Isla.
En tierra con billete
El caso que nos ocupa resulta especialmente sangrante porque se trata de un viaje forzoso por cuestiones médicas y porque terminaron siendo víctimas de la sobreventa de billetes por parte de la compañía, el famoso ‘overbooking’. Resulta que madre e hija habían logrado encontrar billetes en el vuelo que salía a primera hora de la mañana del martes hacia la capital catalana.
Cuando se acercaron al mostrador de facturación «nos informaron de que el vuelo estaba lleno y que a ver si teníamos suerte, que los pasajeros iban a entrar por orden de llegada». No la tuvieron. De poco importó el motivo del viaje, ni que ya hubieran sido afectadas por la cancelación del vuelo del domingo. Se quedaron en tierra con un bono de 12 euros y a la espera de que se abriera un hueco en los vuelos programados a lo largo del día.
Finalmente consiguieron llegar a Barcelona, aunque casi dos días después, en concreto 39 horas, de lo previsto.