En los últimos tiempos, la crispación y la polarización política han alcanzado niveles alarmantes en muchas partes del mundo. Se trata de un fenómeno del que no ha escapado España y que también se está trasladando a Menorca, donde durante el último año se han repetido los incidentes protagonizados por representantes públicos, tanto fuera como dentro de las salas de plenos.
El último caso tuvo lugar el pasado jueves en Sant Lluís, donde la oposición abandonó el plenario municipal después de que desde el PP se hicieran referencias a una supuesta connivencia de la izquierda con la violencia de ETA. Precisamente, la moción que se debatía cuando el pleno acabó de manera abrupta, y que había sido presentada por el PSOE, pedía más respeto y cortesía en la política, en alusión a los insultos que el concejal de X Balears y miembro del equipo de gobierno, Jorge de Diego, profirió contra el socialista Alonso Santos, al que llamó tonto durante una comisión informativa en el mes de septiembre.
Se acumulan los casos
El incidente de Sant Lluís se suma a otros casos que han tenido lugar en la Isla durante los últimos meses, y reflejan las tensiones y la radicalización que se han apoderado de la política. Uno de los protagonistas de este clima de crispación fue el director insular de Medio Ambiente en el Consell, Mateu Aínsa, que dimitió como concejal del PP de Maó por los altercados que protagonizó en las fiestas de Sant Jaume de Es Castell, donde increpó a varias personas de ideología contraria, llegando a ser necesaria la intervención policial.
También se produjeron incidentes en las fiestas de Fornells, donde el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Es Mercadal, Jesús Gomila, acusó al representante del PP en la Junta Local de Fornells, Antoni Riera, de darle un empujón, algo que este negó. Días después, ambos zanjaban el asunto con un comunicado conjunto en el que aseguraban que querían «armonía para el municipio». Los socialistas también han denunciado los «malos modos constantes» en ayuntamientos como el de Es Migjorn.
Urge una reflexión
Desde el PSOE lamentan que la Isla se encuentre inmersa en la espiral de la crispación política, como ocurre en el resto del país. «Parece que la situación de tensión que se vive en muchos países ya ha llegado a Menorca, y nunca se tiene que llegar a estos niveles, pero menos en un pueblo pequeño como Sant Lluís», señala Sílvia Pérez, portavoz socialista en el ayuntamiento de esta localidad. En este sentido, Pérez considera imprescindible que se produzca una reflexión. «Nosotros no toleramos estos comportamientos y estas acusaciones hacia nosotros, pero a partir de aquí tenemos que reflexionar con calma y serenidad, y empezar a pensar cómo se puede reconducir toda esta situación tan desagradable», afirma.
Por su parte, desde Més per Menorca insisten en «condenar cualquier actitud agresiva o intimidatoria que tenga lugar en la actividad política, o en cualquier ámbito de la vida», y su secretario general, Esteve Barceló, denuncia «la deriva que están tomando algunos cargos del Partido Popular y otras formaciones», puesto que a su entender «supone un riesgo para la convivencia y el correcto funcionamiento democrático». «Ante conductas inapropiadas seremos contundentes y pedimos al resto de partidos que adopten las medidas necesarias para acabar con el auge de la crispación», remarca Barceló.
También advierte del peligro que supone la crispación política la concejal Emma Navarro de Volem Sant Lluís, que tuvo que oír en diversas ocasiones durante el último pleno como se la acusaba de tolerancia con la banda terrorista ETA. «La estrategia de la crispación de la extrema derecha, y de la derecha que la imita, es muy peligrosa, porque nos lleva hacia sistemas autoritarios. Nosotros somos demócratas y sabemos debatir y respetar las opiniones diferentes», señala.
Culpa de la izquierda
Desde el Partido Popular de Menorca se suman a la condena de «cualquier conducta inapropiada», aunque aseguran que echan en falta esta misma firmeza en los partidos de la izquierda, a los que acusan de «guardar silencio, justificar y relativizar situaciones de agresividad cuando les conviene».
Los populares también atribuyen este clima de tensión a los grupos de izquierda, a los que consideran «los principales promotores de la crispación, la división y el enfrentamiento». «Pensamos que también hay un evidente nerviosismo por parte de la izquierda con todos los casos de presunta corrupción que se están destapando en torno al presidente Sánchez, lo que les lleva, también a nivel local, a hiperactuar en muchos casos», añade el secretario general del PP en la Isla, Cristóbal Marqués. Los populares también reconocen que «este clima no es bueno para la ciudadanía», pero advierten de que «no avalarán las mociones disfrazadas de buenas intenciones del PSOE, ni su estrategia de manipulación constante».
Las claves
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Es Castell: Mateu Aínsa protagoniza diversos altercados
El director insular de Medio Ambiente del PP, Mateu Aínsa, increpó a diversas personas de distinta orientación política en las fiestas de Es Castell, y dimitió como concejal de Maó.
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Es Mercadal: Tensión y empujones en el jaleo de Fornells
El portavoz del PSOE de Es Mercadal acusó a Antoni Riera, representante del PP en la Junta Local de Fornells de empujarlo durante las fiestas, algo que este negó.
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Alaior: La oposición deja solo al PP con la subida fiscal
La oposición del PSOE y Avançam en el Ayuntamiento de Alaior escenificó su protesta por la subida fiscal del equipo de gobierno y se ausentó del salón de plenos.
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Es Migjorn: Malas formas durante los plenos municipales
El PSOE acusa al PP de Es Migjorn de «malos modos constantes» durante los plenos. En las sesiones de la pequeña localidad se suceden los gritos y las interrupciones.
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Sant Lluís: La oposición abandona el pleno como protesta
Los partidos de la oposición de Sant Lluís abandonaron el último pleno, después de que Jorge de Diego y Albert Herrán acusaran a Volem de connivencia con ETA.