Los vecinos del bloque de viviendas de la Avinguda Verge del Toro de Alaior, que saldrá a subasta debido a la quiebra de la constructora Mussola y Bitácora Promociones SL, están viviendo días de gran nerviosismo y angustia, por lo que han decidido hacer pública su preocupación.
La incertidumbre por su futuro se ha agravado desde que el Juzgado de Instrucción número 3 de Maó dictara el pasado 7 de marzo que no tienen derecho a seguir en el inmueble cuando este cambie de propietario, puesto que sus contratos no están inscritos en el Registro de la Propiedad. Por este motivo, ahora piden a la nueva propiedad que se respeten sus contratos, especialmente si la finca acaba en manos de la Sareb. «No se entendería que una institución pública compre el edificio para echar a 56 familias a la calle», señala Adam Adalid, residente en el bloque desde el año 2018.
Sin alternativa habitacional
Adalid explica que en el bloque conviven residentes de diversos perfiles, desde personas mayores hasta madres solteras y familias con hijos, y remarca que todos ellos son «inquilinos pagadores», que ahora están viviendo una situación muy angustiosa. «Esta incertidumbre es difícil de soportar, porque no sabemos cuándo será la subasta, ni cuál será nuestro futuro», lamenta. Además, su desesperación se agrava por el colapso del mercado de alquiler en la Isla. «Aquí en Menorca no hay alternativas, porque ahora mismo no hay oferta de pisos donde podamos ir», asegura.
Por todo ello, se muestran dispuestos a luchar por sus derechos y a resistir en el bloque si vienen a echarlos. «Las familias ya se imaginan que vendrá la policía, y no quieren que sus hijos tengan que vivir una situación así, pero estamos preparados para resistir, porque no tenemos otra alternativa», afirma Adalid. «También hay gente que incluso se está planteando marcharse de la Isla y volver a su tierra», añade.
La situación del bloque de viviendas de Alaior es similar a la de los bloques de las calles Maria Lluïsa Serra y Pintor Calbó de Maó. En este caso, la Sareb se quedó con los pisos alquilados, que ya tenían inquilinos, y estos pudieron regularizar su situación, con la subrogación de sus contratos. Además, la Sareb ha retirado la comercialización de los pisos habitados y prevé que, este año, pasen a manos de la nueva sociedad estatal de vivienda.
Otra“Cuántas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo”.