Medio centenar de menorquines participó, a finales de febrero, en la peregrinación a Roma organizada por el Obispado de Menorca. Una expedición que encabezó el obispo de Menorca, Gerard Villalonga, y que se topó con el ingreso hospitalario del papa Francisco.
Desde la delegación de Peregrinaciones de la Diócesis insular, Antoni Mercadal recuerda que, pese a haberse suspendido la audiencia con el Papa, fue una experiencia «muy emotiva», pues se transformó en un viaje para la oración, donde rezaron por la salud del Santo Padre.
Esto permitió que los miembros del grupo «nos sintiéramos muy próximos al Papa», a quien le desearon una pronta mejoría. Lo hicieron desde la plaza situada frente al hospital Gemelli, de Roma, «a los pies de la escultura de Juan Pablo II».
Tras este viaje, la Diócesis empezó a planificar el próximo desplazamiento a la capital italiana, «estamos preparando una segunda peregrinación, que será del 25 al 30 de noviembre». Para esas fechas «ya habrá un nuevo Papa», tras los funerales por Francisco I que se celebrarán dentro de unas semanas, el anuncio de la Sede Vacante y la posterior celebración del cónclave o cum clave, el encuentro ‘bajo llave’ en el que se elegirá el nuevo Papa.
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