El espacio existente a la entrada del poblado talayótico de Binissafullet, en Sant Lluís, que solía utilizarse como zona de estacionamiento por los visitantes del yacimiento, está cerrado con una cadena y una señal de prohibido aparcar para evitar la concentración de autocaravanas.
La decisión levantó algunas quejas ciudadanas, recogidas por «Es Diari», que apuntaban las dificultades para visitar el poblado, ya que los parkings más cercanos están a kilómetros de distancia, y al mismo tiempo se preguntaban por la autorización de dicho cierre, ya que se trata de uno de los monumentos prehistóricos bajo titularidad privada. Pues bien, la restricción del paso se ha tomado por el Ayuntamiento de Sant Lluís, tal y como ha confirmado la alcaldesa, Loles Tronch.
La restricción del paso no es reciente, ya se activó el verano pasado por el mismo motivo: los avisos de la Policía Local debido al uso indebido de este espacio, junto a un Bien de Interés Cultural protegido, para aparcar con caravanas; desde el Consistorio afirman que se decidió limitar la entrada para cuidar el patrimonio y porque al convertirse en zona de caravaning no autorizada se generó un problema de residuos.
El Ayuntamiento requirió a los propietarios del recinto, una sociedad domiciliada en Madrid, que cerrara el acceso a vehículos pero al hallarse fuera de la Isla, el gobierno municipal actuó de manera subsidiaria previa autorización de los titulares. Las visitas deberán ahora llegar a pie o en bicicleta. En las webs de turismo se advierte que este poblado no tiene un aparcamiento habilitado.
Tan fácil como poner señal de prohibido caravanas, pernoctaciones...