Los primeros dos años del mandato de Marga Prohens se han visto salpicados por las protestas contra la masificación turística. Ante el debate social, el Govern ha impulsado el Pacto por la Sostenibilidad, que ha servido para definir las llamadas «Bases de la agenda de transición».
El Govern ha dicho que Balears no puede crecer más en plazas turísticas ni seguir batiendo récords de visitantes. El Consell de Menorca, en cambio, ha anunciado que añadirá un crecimiento de 24.000 plazas al Plan Territorial. ¿No es contradictorio?
—Este Govern ha hecho un cambio en la manera de gobernar. Antes teníamos un gobierno que hablaba de federalismo interior, pero que imponía medidas sin tener en cuenta que somos islas muy diferentes. Yo creo en la mayoría de edad de los consells y que cada isla será lo que quieran sus ciudadanos. A partir de aquí, el decreto de contención del Govern es la primera ley de Balears que habla de límites, y yo he sido muy clara: las Balears han llegado a su límite, especialmente en los meses de verano. Tenemos que cambiar el patrón de crecimiento y transformar el modelo económico hacia un crecimiento en valor. En este sentido, comparto la opinión de muchas personas sobre la urgencia de las medidas y de que hemos llegado tarde.
Pero también creo que hay que ser coherente. En Menorca, por ejemplo, en los últimos ocho años la izquierda autorizó 15.000 nuevas plazas turísticas, llegando a superar las 58.000 plazas y con un 50 por ciento más de alquiler vacacional. Ahora, dentro del ámbito de sus competencias, con el decreto de contención y con el PTI el Consell establecerá por primera vez un techo de plazas, algo que la izquierda no hizo nunca.
Este techo, que me consta que está muy avanzado, se tiene que marcar con un estudio y con datos rigurosos, porque estamos hablando del 80 por ciento de nuestro PIB. Cuando escucho algunos discursos que hablan de decrecimiento sin explicar qué implica, pienso que las personas que los hacen tienen un sueldo seguro a final de mes.
Hablan de contención, pero la situación actual ya provoca un malestar en muchas capas de la población. ¿Cómo valora las protestas contra la masificación?
—Tengo el máximo respeto por las protestas, excepto si en ellas participan aquellos que crearon 115.000 plazas legales y permitieron que la oferta ilegal creciera de una manera sin precedentes, o los que abrieron el alquiler turístico a los plurifamiliares.
Por otro lado, estas situaciones de saturación no son exclusivas de Balears, es un fenómeno que se produce en todas las ciudades turísticas. Han cambiado los hábitos, se ha democratizado el turismo y yo creo que esto es lo que tenemos que gestionar y lo que estamos poniendo encima de la mesa desde el Govern. Son soluciones que llegan ocho años tarde, porque entonces nadie hablaba de saturación en Balears.
Se anuncian acuerdos de colaboración con Airbnb, pero esta empresa se niega a eliminar una lista de Consumo con anuncios ilegales. ¿Estas plataformas son aliadas en la lucha contra el alquiler ilegal?
—Creo que tienen que ser aliadas, pero el Ministerio de Consumo tiene que hacer su trabajo con rigor. Porque según he podido leer, la lista de Consumo no se corresponde con los pisos sin licencia turística. Por eso hacemos este camino con el Pacto por la Sostenibilidad, porque hay medidas que no son inmediatas, y se tienen que hacer con rigor.
Eivissa, que empezó la persecución de la oferta ilegal cuando en Mallorca y Menorca gobernaba el PSOE y negaba que existiera este problema, en un año ha dado de baja más de 400 viviendas ilegales. Por lo tanto, los resultados llegarán, lo que pasa es que nadie se había puesto a ello hasta que ha llegado el PP.
Ah, y tú no lo tienes seguro? 🙄🙄🙄💩💩💩