Prosperó la denuncia del partido animalista Pacma contra la tradición centenaria en Ciutadella de rifar un cerdo, a beneficio del Geriátrico Municipal, en la festividad de Sant Antoni, patrón de Menorca. Es así que el Consell ha impuesto una sanción de 300,51 euros al Ayuntamiento de ponent, como organizador del sorteo, por «la presunta comisión de una infracción grave en materia de protección animal».
El Consistorio dispone de un plazo de quince días hábiles para presentar alegaciones. Y eso es lo que harán, según exponía ayer la concejal responsable de las áreas de Bienestar Animal y Fiestas, Esther Mascaró. «Ya hemos hablado con la consellera [Maria Antònia Taltavull] y con el técnico del Consell», porque consideran que se está haciendo una «interpretación errónea» de la ley de bienestar animal. «No es lo mismo un animal doméstico, que uno destinado al consumo humano», como es el caso del cerdo que compra el Ayuntamiento y cuyo destino iba a ser siempre el matadero. Así, no existiría maltrato según la edil, quien recuerda que «este año, por primera vez en la historia, no se expuso, como se hacía siempre, en una jaula en la que apenas podía moverse durante muchas horas». Al contrario, «este animal estuvo bien cuidado hasta que se le llevó al matadero». Así, insiste Mascaró que «la protección animal no pasa por estos casos», tampoco en cuanto a la prohibición de utilizar animales como premio en juegos de azar.
«Es una rifa solidaria, no el juego de la ruleta», añadió la concejal, quien ironizó diciendo que, en cambio, «sí que podríamos sortear el cerdo ya muerto y abierto en canal, o convertido en embutidos». Algo que no tiene sentido según su parecer.
Proceso
Pacma presentó denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. A partir de ahí se levantó acta, tras visitar las instalaciones del centro de aprendizaje municipal de Es Pinaret, donde permaneció el ejemplar adquirido. Luego, transfirió el caso al Consell insular, que es la institución que ha multado al Ayuntamiento.
El Ayuntamiento no ha recibido el acta del Seprona, tan solo la resolución de sanción del Consell.
Esther Mascaró recuerda que la tradición de rifar un cerdo por Sant Antoni tiene un origen medieval y es propio de los territorios de habla catalana. «Los antonianos hacían estas rifas para sacar fondos para sus hospitales», de igual modo como se hace en Ciutadella y en «otros lugares de Catalunya». En el caso menorquín, concluye, «el Ayuntamiento compra un cerdo y lo cede a la Asociación de Familiares del Hospital Municipal» y la recaudación revierte en el centro «sin que exista maltrato».
La política esta echa una porquería, se denuncian entre instituciones, se insultan, no se pueden ni ver y quien paga los platos rotos.? Pues eso... no me extraña que salgan aprovechados como los de la Fiesta... que podrida esta la política señores, hay que construir algo o no ir a votar a nadie.