El plan de inversiones de 50 millones de euros anunciado por la Autoridad Portuaria para el puerto de Maó ha desatado la preocupación del GOB, que denuncia un crecimiento descontrolado de amarres y la falta de medidas para proteger los valores naturales del puerto. La nueva concesión en la ribera norte prevé aumentar de 391 a 523 amarres, un incremento de 132 plazas que contradice los estudios oficiales sobre la capacidad náutica de Menorca y afecta zonas con probabilidad de albergar especies protegidas, alerta la entidad ecologista.
La organización considera que este aumento, concentrado especialmente en la Illa del Rei, con nuevos pantalanes conectados a servicios, supone una presión añadida sobre un entorno frágil. A este proyecto se suman dos más en Cala Figuera, que añadirían 140 amarres más, incluyendo una marina para grandes esloras y un espigón de hormigón en una zona donde se sospecha la presencia de coral protegido (Cladocora caespitosa).
Además, el GOB denuncia que estas concesiones no han pasado por ningún trámite de evaluación ambiental, a pesar de que el puerto de Maó es un espacio natural con hábitats y especies amparados por la legislación. La organización insiste en la necesidad urgente de frenar la expansión náutica y pide un cambio de modelo basado en la conservación.
Desaladoras sin control ambiental
Tanto en la ribera norte como en la Colársega se prevé la instalación de desaladoras para abastecer de agua a las embarcaciones. El GOB advierte del impacto que podría tener el vertido de salmuera en el puerto de Maó, una zona cerrada y de escasa renovación marina. La acumulación de sal en el fondo puede alterar gravemente los ecosistemas submarinos.
La entidad también denuncia que estas concesiones portuarias se están otorgando sin ningún tipo de evaluación ambiental previa, lo que impide prever los efectos acumulativos de las nuevas infraestructuras en un espacio que, además de portuario, es un entorno natural con especies protegidas por la ley.
Una remodelación costosa sin abordar el problema del colector
Otra actuación destacada del plan de inversiones es la reordenación de la ribera sur del puerto, desde la Colársega hasta cala Figuera, con un coste estimado de 8 millones de euros. Sin embargo, el proyecto no contempla la renovación del colector de saneamiento que recorre soterrado toda esta ribera.
Este colector, que recoge tanto aguas residuales como pluviales, es una infraestructura obsoleta que sufre constantes fallos y provoca vertidos en el puerto cada vez que llueve con intensidad. Además, permite la entrada de agua de mar al sistema, lo que da lugar a una depuración ineficaz y a un agua tratada que no puede reutilizarse por su alta salinidad. El GOB ha pedido que se priorice esta intervención antes de emprender la pavimentación y mejora del paseo marítimo, ya que el colector se encuentra justo debajo del trazado.
Gob y Mes, Mes y Gob. Tanto monta monta tanto.