Los británicos que elijan España para sus vacaciones y aquellos que son propietarios de segundas residencias, ahora afectados por la norma de los 90 días que restringe sus estancias en Menorca, deberán añadir a partir del último trimestre de 2026 un trámite burocrático para poder viajar, la autorización electrónica que aplicará Europa para entrar en 30 países miembros del Espacio Schengen.
El Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS, por sus siglas en inglés) se exigirá a todos los viajeros extracomunitarios que están exentos de visado, determinará si cumplen los requisitos de entrada y su coste, inicialmente de 7 euros, ha sido elevado por la Comisión Europea a 20 euros.
Más papeleo y un gasto extra que representan otra vuelta de tuerca para el mercado británico, que ya ha sufrido sucesivos reveses desde el brexit y que en los primeros compases de esta temporada, de abril a junio, perdió 13.000 turistas, un descenso acumulado del 7,7 por ciento, según datos de la encuesta Frontur. A pesar de todo, el británico se mantiene como el principal mercado extranjero para la Isla.
«Los visitantes británicos deberán comprar un permiso antes de poder reservar un vuelo, si al sistema no le gustas, no viajas», afirma Alex Christian, propietario de una casa en Coves Noves y vinculado a Menorca desde 1982, «esto va a restringir aún más el turismo británico que llega a Menorca», se lamenta este ciudadano de Liverpool.
Como otros ingleses que desde hace años –mucho antes de que en su país se votara y se decidiera la salida de la UE–, veranea en la Isla, Christian se ha unido a la campaña ‘180 Days in Spain’ que reclama cambiar la norma que limita sus estancias, así como un acuerdo de reciprocidad entre España y Reino Unido que permita visados de corta estancia, ya que, afirma, no hay límite de tiempo para los españoles que viajan a su país.
La proximidad de los actuales gobiernos de ambos países, el del socialista Pedro Sánchez y el del laborista Keir Starmer, se ve desde este colectivo como «el momento adecuado para buscar un acuerdo justo y mutuamente beneficioso». Confían en que su primer ministro negocie dicho acuerdo.
Actualmente los británicos con casa en la Isla solo pueden venir 90 días (máximo tiempo en cualquier territorio Schengen) dentro de cualquier periodo de 180 días «y luego ya no podemos volver ni pisar suelo europeo», explica Alex Christian. Normalmente prefieren venir los meses de marzo, abril y mayo, regresan a su país y ya no pueden volver entre junio y agosto, no por las altas temperaturas, sino por la imposición legal de esperar, así que regresan en septiembre. «Privando al sector turístico de ingresos vitales durante el verano», afirma este fiel visitante.
Desvío a otros destinos
La exención de visado, además de añadir papeleo al viaje, representa un coste añadido que, para una familia de cinco miembros, es de cien euros, y el presupuesto va creciendo hasta, tal vez, inclinar la balanza a favor de otros destinos, explica este británico. «Hay familias que no vendrán a Menorca, las compañías de viajes en Reino Unido dirigirán el turismo hacia lugares como Turquía o Chipre, en los que no se aplican restricciones». En el caso de Chipre, se trata de un país comunitario pero no está en el Espacio Schengen, por lo que no aplica la exigencia de la autorización de viaje.
Los portavoces de la campaña piden que las patronales menorquinas del turismo se impliquen y apoyen una revisión de la norma de los 90 días porque «está afectando a la economía menorquina». Al mismo tiempo, reclaman que, junto a las autoridades locales, autonómicas y nacionales busquen ese acuerdo recíproco de visado Reino Unido-España.
Sobre esta cuestión, el vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Viviendas Turísticas Vacacionales de Menorca (Viturme), Pedro Pons Cardona, recordó ayer que «el mercado británico sigue siendo el primero y es muy importante en el alquiler de casas vacacionales en Menorca»; confío en que el nuevo sistema de autorización de entrada sea ágil pero, aún así, «puede ser una complicación más a la hora de viajar, un freno», señaló.
RozBEverybody would welcome the type of tourist described by @Mar. In this context it is completely irrrelevant where they may be coming from. What people are getting more and more fed up about is the type of tourist I was eluding to. And the number of such people is unfortunately increasing every year. That is what worries and annoys people. And again, in the end it is irrelevant where such characters come from.