La Conselleria de Salud ha abierto la puerta a la implantación de siete nuevas farmacias en Menorca, un incremento del 17 por ciento respecto a la oferta autorizada hasta la fecha, 41 establecimientos. Así figura en el nuevo catálogo farmacéutico de Balears, el documento recién aprobado que marca el número máximo de farmacias permitidas por término municipal en función de los niveles de presión residencial y turística. Esta planificación, que no se revisaba desde 2015, busca garantizar la cobertura farmacéutica tanto de la población estable, como de la turística, ya que ambas han crecido considerablemente en la última década.
La resolución de la Dirección General de Prestaciones, Farmacia y Consumo, contra la que todavía se pueden interponer recursos de alzada, desestima las alegaciones presentadas desde Menorca, en concreto desde las farmacias de Punta Prima (Sant Lluís) y Ferreries. Son los dos municipios en que más se prevé que crezca la oferta, doblando la actual en el caso de que finalmente –está por ver– haya farmacéuticos interesados en establecerse, algo que desde el sector ponían ayer en duda teniendo en cuenta las cifras de negocio que se manejan actualmente.
Los siete nuevos establecimientos que se han planificado se distribuyen entre Ciutadella (dos más hasta llegar a las 15 farmacias), Maó (una más hasta alcanzar las 12), Alaior (una más para un total de cinco), Sant Lluís (hay dos y se posibilitan dos más) y Ferreries, donde técnicamente solo hay una y se permitirá otra. En este último caso las alegaciones subrayaban que ya existen dos farmacias, pero una de ellas, situada en la zona de Cala Galdana, pertenece realmente a Serpentona, en el término municipal de Ciutadella.
Después de sondear al sector farmacéutico en la Isla la conclusión es que existe el convencimiento generalizado de que permitir la apertura de siete nuevas farmacias resulta excesivo, incluso «una barbaridad». Confían en que el nuevo catálogo no llegue a fructificar y destacan que se basa en sistemas de cálculo de una normativa aprobada en 1998, la llamada Ley de Ordenación Farmacéutica de Balears, que esperan que sea revisada próximamente. El tiempo juega a su favor porque el procedimiento para abrir una nueva farmacia es de todo menos ágil. De hecho, el último establecimiento que ha abierto, a principios de 2024 en Es Castell, lo hizo tras un periplo de nueve años de trámites.
Entre las alegaciones presentadas también se pone de relieve que el Govern, siguiendo los preceptos legales, tiene en cuenta solo los datos de población del Instituto Nacional de Estadística, las segundas residencias y el número de plazas en alojamientos turísticos que aportan las autoridades competentes, pero no se atiende a otros fenómenos que pueden desvirtuar esas cifras, como los llamados falsos residentes. Son varios los boticarios consultados por este diario que ponen el foco en el gran número de personas que figuran como empadronados en la Isla, pero que en la práctica no viven aquí.
En la actualidad hay 28 farmacias en los cascos urbanos de los ocho municipios menorquines y otras doce en urbanizaciones y pueblos como Fornells y San Climent. Además hay que contar la farmacia ubicada en las instalaciones del Aeropuerto de Menorca, que cuenta con una autorización especial y no computa a efectos de la revisión del catálogo farmacéutico.
miquel ferruÓ Miquel Ferru, tu que parles amb tanta fermesa, clamant que l’ofici de botica és negoci magre com camp sense pluja! Per la mercè divina, si tan dolent és l’afany d’aquestes set noves farmàcies, com s’explica, doncs, que els homes s’estireguin els cabells i es donin empentes, com en mercat de lli, per tenir-ne una? No serà, per ventura, que el teu juí és com núvol sense aigua, ple de soroll i buit de substància?