Los cambios en los hábitos de consumo no pasan desapercibidos para el sector farmacéutico de la Isla, un negocio que sigue manteniendo la fama de muy próspero, pero que desde hace más de una década ha ido perdiendo fuelle. La hiperregulación de los medicamentos y propagación de puntos de venta de productos de parafarmacia han restado cuota de mercado a los boticarios, que también afrontan el desafío de un comercio electrónico creciente.
«Esto ya no es como era hace 15 o 20 años», explican los profesionales que, no obstante, subrayan que hay factores muy importantes para determinar la marcha de una farmacia, como su ubicación y su manera de enfocar el negocio. Ya hay muchas farmacias en la Isla que han lanzado páginas web donde tratan de ampliar su negocio intentando competir con grandes plataformas que ofrecen precios más bajos. El factor diferencial, los años de formación que permiten un asesoramiento profesional y la cercanía y confianza con el cliente, que en muchos casos tienen dudas que prefiere resolver en persona con un farmacéutico.
Otra cosa son los productos de parafarmacia, principalmente suplementos alimenticios. «A veces ves los precios que se ofrecen en internet y te sorprenden porque es el precio al que nosotros los compramos», explica una de las farmacéuticas consultadas. Son los productos en los que los boticarios pueden lograr un mayor margen y la creciente tendencia a comprarlos por internet amenaza parte de la facturación. No obstante, desde el sector ponen de relieve que «hay detrás una formación, años de carrera, que no los da internet» y entienden que los consumidores deberían tenerlo en cuenta porque se trata de productos que tienen efectos sobre la salud.
Eso de Internet y que la gente pueda comprar online LOS MISMOS productos que en la isla, pero MUCHO MÁS BARATOS, siendo conscientes de los sablazos nos habían metido antes al apoyar el comercio local, le ha chafado el negocio a más de uno. A la mayoría no nos importaría pagar unos eurillos más, pero es que es un robo. Se pasan tres pueblos y luego todo son quejas de que compramos en otro lado. Qué os pensáis, que nos gusta ver cómo os aprovecháis desmesuradamente?