La gestión del Parque Natural de s’Albufera des Grau depende del Govern balear, que es quien tiene las competencias en materia de espacios naturales protegidos. A pesar de ello, hay voces en Menorca que reclaman una mayor participación de las administraciones de la Isla, y señalan la poca agilidad del sistema de gestión actual.
La gestión del parque se lleva a cabo a través de dos órganos: la Autoridad de Gestión, que incluye a la Conselleria de Medio Natural, el Consell de Menorca y los ayuntamientos de Maó y Es Mercadal; y la Junta Rectora, un órgano de participación y consulta en el que están representados todos los sectores implicados en la gestión y conservación del espacio.
Más implicación local
Uno de los más críticos con el modelo actual es David Carreras, director del Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam), quien, aunque considera que la gestión del parque en los últimos años está bien orientada, subraya la necesidad de aumentar la participación local y mejorar la colaboración interadministrativa. «Para mí, las administraciones menorquinas tendrían que participar más en la toma de decisiones y también en las inversiones que se hacen en el parque», afirma.
Además, Carreras lamenta la lentitud de todos los procedimientos. Pone como ejemplo la demora en la elaboración del Plan rector de uso y gestión del parque (PRUG), que se aprobó en 2021. «Es una herramienta imprescindible y no puede ser que se tardara tanto», enfatiza. También critica la tardanza en la ejecución del proyecto de construcción de una nueva compuerta en la zona de Es Prat.
Por su parte, el alcalde de Maó, Héctor Pons, señala la escasa frecuencia de las reuniones de los órganos de gestión del parque: «Son reuniones bastante informativas y administrativas, y acabas dejando que desde el Govern vayan haciendo», reconoce. Pons también recuerda que el parque «es mucho más que la albufera» y, por ello, asegura que es necesaria la «implicación de todos los actores y de las actividades económicas que hay dentro del parque».
Desde el Consell, el conseller de Medio Ambiente, Simón Gornés, asegura que el modelo actual de gestión funciona, pero reconoce que las reuniones podrían ser más frecuentes. «Quizá sí que se podría abrir un poco más a la participación social, pero hay que tener en cuenta que el parque es una figura de máxima protección y que las decisiones se tienen que tomar a partir de bases científicas y técnicas», remarca.
También hay voces críticas con la gestión del parque en el sector agrario, desde donde se lamenta que ganaderos y agricultores no han sido tenidos en cuenta desde su creación.
Un segundo parque en la Isla
Desde el Obsam, David Carreras también lamenta que en los últimos treinta años no se haya creado ningún otro parque natural en Menorca, una reivindicación que el Institut Menorquí d’Estudis ha planteado en diversas ocasiones. Por ello, insiste en la necesidad de declarar un segundo parque, que podría abarcar la zona de los barrancos del sur de la Isla o situarse en el norte.
Argumenta también que el único parque natural de Menorca ocupe solo un cinco por ciento de la superficie total de la Isla, un porcentaje muy bajo para una reserva de la biosfera, mientras que en Canarias los parques naturales protegidos ocupan más del veinte por ciento de las islas. «Vamos por buen camino con la gestión de S’Albufera des Grau y ahora ya va siendo hora de crear un segundo parque, lo que debería materializarse en los próximos años», añade.
Pilien vez de pedir , que cojan cantaros