La crisis abierta en la residencia geriátrica de Sant Lluís han llevado a la directora del centro, Jéssica Ametller, a presentar su dimisión después de 15 años en el cargo. Renuncia entre críticas por falta de apoyo y de recursos, según ha expresado en una carta remitida a los familiares tras la reunión mantenida el pasado 9 de octubre entre usuarios, trabajadores, responsables del Ayuntamiento y de la nueva empresa gestora, Serveo Servicios.
En el encuentro quedó patente el malestar tanto de los usuarios como del personal, que denunciaron graves deficiencias en el servicio, una situación que ha sido hecha pública esta semana por la portavoz de Podemos Menorca, Cristina Gómez, que apela directamente a la responsabilidad del Ayuntamiento de Sant Lluís de velar por el buen funcionamiento del servicio.
Jéssica Ametller relata como en el tiempo que ha estado al cargo de la residencia geriátrica «hemos pasado pandemias, obras desastrosas, cambio de empresa gestora y una ampliación muy significativa del servicio» que ha provocado que «en un mismo espacio la familia casi se haya duplicado, cosa que dificulta mucho la convivencia, ya no disponemos de los mecanismos y recursos que hacían que fuese un espacio tranquilo y cercano donde todos nos conocíamos realmente, sabíamos las historias de vida de cada uno y se creaba un ambiente diferente».
Servicio digno
Ametller se despide haciendo un llamamiento para que «seamos responsables y nos impliquemos en dar un servicio digno, un servicio humano y personalizado. Hay mucho trabajo por hacer, pero si caminásemos juntos el destino sería más cierto: he sentido que en este momento no puedo aportar más sin un apoyo, doy un paso al lado, deseo que el pueblo de Sant Lluís luche por volver a ser un centro referente en la Isla», palabras que denotan el malestar de la directora por el rumbo que ha tomado la residencia geriátrica de un tiempo a esta parte.
Hay que recordar las denuncias que trabajadores y familiares de usuarios han hecho sobre el deterioro del servicio público que se está prestando, una larga lista en la que destacan la falta de personal suficiente para dar una atención personalizada, la escasa presencia médica, la mala calidad de la alimentación, la alta rotación del personal, la sobrecarga de trabajo de los empleados y la escasez de recursos básicos como teléfonos, ordenadores, calzado y uniformes, así como las malas condiciones laborales y salariales de los trabajadores.
En el momento que se traspasa la gestión a empresas privadas, lo que prima es el beneficio de la empresa. Está ocurriendo en muchos geriátricos, y los políticos no quieren saber nada. Para según qué cosas si hay dinero y protestas.