El Foro Menorca Agro Santander, celebrado ayer en Maó, incluyó una mesa redonda, moderada por el editor de «Es Diari», Josep Pons Fraga, en la que se abordó la actualidad del campo menorquín. Durante el debate, representantes del sector reclamaron al conseller de Agricultura, Joan Simonet, la continuidad de las ayudas —especialmente las procedentes de Europa—, al advertir que, sin ellas, la viabilidad del campo en la Isla estaría en riesgo.
En esta línea, Sebastià Triay Fayas, presidente de la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome) y empresario con varias explotaciones agrícolas y ganaderas, aseguró que sin subvenciones no habrá beneficios. Recordó que hace medio siglo existían más de 500 llocs en Menorca, mientras que hoy apenas se mantienen 96 explotaciones activas. «Es imprescindible que luchéis por las ayudas; de lo contrario, el campo de Menorca quedará desierto», instó a Simonet, en alusión al anuncio de la Comisión Europea de que, a partir de 2028, el presupuesto de la Política Agraria Común (PAC) se reducirá.
También reclamó un mayor apoyo Benita Pons, presidenta de la Associació de l’Ovella Autòctona de Menorca, quien destacó la singularidad de esta raza propia de la Isla y pidió al conseller una línea de ayudas específica destinada a reforzar su cría y conservación.
A la petición de más ayudas se sumó, desde el público, Jaume Moll, l’amo de Son Bou Vell y presidente de la Asociación Frisona Balear (AFB), quien señaló que, si Europa retira las subvenciones, las explotaciones de la Isla no tendrán futuro. Además, criticó la lentitud en el desembolso de los pagos.
Llamada a la iniciativa
En su respuesta, el conseller Simonet recordó que los plazos de las ayudas se han reducido mucho y se mostró contrario al discurso pesimista y quejoso que a menudo se escucha desde el sector. «Discrepo del mensaje de que todo va mal, porque es lo peor que podemos decir para que los jóvenes se incorporen, y además hay cosas que no van tan mal», enfatizó. Por ello, el conseller remarcó la importancia de poner en valor las experiencias que funcionan, para no desincentivar el relevo generacional, así como de luchar para no tener que depender siempre de las ayudas.
También subrayó la necesidad de entender que la agricultura y la ganadería deben ser un sector dinámico, y puso como ejemplo el caso de Mallorca, «donde hace 150 años todo era viña, luego desapareció para dejar paso a los campos de almendros y ahora están surgiendo nuevas cosas». También se refirió a Eivissa, donde aseguró que hace unos años la agricultura «estaba muerta» y ahora está resurgiendo gracias al impulso de los jóvenes.
También se mostró optimista la directora de Negocio Agroalimentario del Banco Santander, Lorena Ruiz, quien señaló que el sector tiene un gran futuro «si sabe adaptarse a las nuevas tendencias de los consumidores y abrirse a nuevos mercados». Ruiz puso en valor la calidad de los productos elaborados en España y su relevancia en el ámbito turístico, donde constituyen un importante reclamo para la llegada de visitantes.
En este sentido, Triay Fayas recordó que el sector hotelero de la Isla invierte cada año unos 60 millones de euros en aprovisionamientos alimentarios, una cantidad superior a la facturación anual del campo menorquín. Por ello, instó a los productores a unirse y a trabajar de la mano con el sector turístico para dar respuesta a esta demanda.
Si, claro... Sobretodo que les aseguren las subvenciones, que así se vive muy bien al calor de los inagotables fondos públicos.