Intentar convencer, pero sin que de ello dependa la ejecución de la obra, con la convicción de que no hay que dar «ni un paso atrás». Es el espíritu con el que el Consell acudió ayer en Madrid a la reunión concertada con el Ministerio de Cultura, la primera que se celebra desde que se desatara la polémica por la negativa tanto del Gobierno como de la Unesco al proyecto de rotonda a doble nivel en el entorno del yacimiento de Rafal Rubí, uno de los bienes talayóticos declarados Patrimonio Mundial en 2023.
La institución insular desembarcó en la sede del Ministerio con el vicepresidente Simón Gornés y los consellers de Cultura, Joan Pons Torres, y Movilidad, Juan Manuel Delgado, al frente de una comitiva de la que también formaron parte técnicos de ambos departamentos implicados y asesores jurídicos. El objetivo era desplegar en los despachos ministeriales el proyecto y ampararse en el aval y la voz de los técnicos para argumentar que «esta obra es la única solución técnica y legal posible, la única salida», según se reafirmaba ayer el portavoz del PP en el Consell, Joan Pons Torres.
Encuentro técnico
Por parte del Ministerio, que quiso dar un carácter técnico y no político al encuentro, no acudió el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que desde verano viene comunicándose directamente por carta con el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, para reclamarle que pare el proyecto de Rafal Rubí. Tampoco el secretario de Cultura ni la subsecretaria ni ningún director general, sino la subdirectora general de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales, María Agúndez, de la que este diario trató ayer sin éxito de recabar su versión, acompañada de técnicos del Ministerio.
La versión de la delegación del Consell es que la reunión fue positiva, que hubo buena predisposición de escuchar el proyecto y que se quedó en que el Ministerio, como único interlocutor oficial válido, remitiría toda la documentación a la Unesco. Sobre las acusaciones de que el Gobierno ocultó información para lograr un dictamen desfavorable del organismo internacional responsable de la declaración de la Menorca Talayótica, Joan Pons Torres aseguró que no se abordó el tema y matizó que no se dirigía «a los funcionarios ni a los técnicos, sino al uso político que se ha hecho».
Preguntado por el quid de la cuestión, si este despliegue para convencer al Ministerio y a la Unesco de las bondades que hacen necesario el proyecto, busca, esta vez sí, recabar su visto bueno antes de proceder a la ejecución de las obras, la respuesta fue tan rotunda como esperada: «No vamos a dar ni un paso atrás en seguridad, las obras arrancarán si es posible a principios de año, el proceso de licitación –muy avanzado– sigue adelante». El Consell no tiene ninguna intención, como ya ha expresado en repetidas ocasiones, de dar su brazo a torcer.
La rigidez de esa postura no impide que los técnicos de Patrimonio estén trabajando en la redacción del informe para responder al elaborado por Icomos, el órgano asesor de la Unesco, en el que se dejaba meridianamente clara la postura que la Unesco hace suya al respecto del proyecto de rotonda a doble nivel de Rafal Rubí. En resumen, lo mismo que ya dijo en 2023 como condición a la declaración de la Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial, que el puente a medio construir debe ser derribado y que se ha de apostar por una solución alternativa en este cruce que tenga menos impacto para la integridad paisajística de las navetas.
La «única solución»
Pons Torres insistió en ese sentido en la misma idea de fuerza que viene repitiendo, que el informe de Icomos se basa en «información falsa de terceros» y que por ende mueve a conclusiones erróneas. Ahora tratarán de convencer a la Unesco de que la rotonda a doble nivel proyectada «es la única solución que sabemos que hará compatible la seguridad vial y la protección del patrimonio», eso sí, –de nuevo– sin esperar respuesta.
Pepe LuisMuchos no te entenderán,o no te entenderemos del todo, con tus escritos. Pero dices verdades como puños.y Aquí seguimos todos, tragando.