En cuarenta años la atención sanitaria en Ferreries ha evolucionado de un sistema precario y pocos recursos, como en la etapa de Lorenzo Franco como único médico y el mismo número de enfermeras, a contar con el centro actual, razonablemente bien dotado de personal y recursos materiales. Así lo explicó, por ser testigo de toda esta evolución, Emelia Florit, coordinadora de Enfermería del ambulatorio local.
Emelia Florit dio cuenta de este cambio en la conferencia que ofreció el martes en el Club de Jubilados de Ferreries, ante un público que llenó el salón de actos de la entidad. Realizó un viaje histórico dividido en cuatro etapas, una por década y en función de las mejoras introducidas en el centro de salud. No en vano, Florit lleva cuarenta años velando por la salud de las distintas generaciones de ferrerienses.
La enfermera salpicó su amena y documentada intervención con anécdotas y experiencias personales de estas cuatro décadas. Destacó el caso de una madre de dos hijos a los cuales se tenía que practicar hemodiálisis en unos años en que todavía en Menorca no se prestaba este servicio, lo que les obligaba a desplazarse a Barcelona. Cuando más adelante la enfermedad pudo tratarse en la Isla, esta madre (Florit la definió como «madre coraje» entre los aplausos de los asistentes) aprendió y obtuvo la autorización para practicar en casa la hemodiálisis a sus dos hijos.
Una vez finalizada la conferencia, Emelia Florit participó en un vivo y animado debate sobre los retos actuales de la sanidad local, que la facultativa aprovechó para realizar una encendida defensa de la vacunación, especialmente entre las personas de la tercera edad que están expuestas a las enfermedades. «Las vacunas son un instrumento muy eficaz para protegernos de determinadas enfermedades antes que estas se manifiesten, porque activan las defensas del organismo y fortalecen el sistema inmunitario».