La princesa Leonor y la infanta Sofía han renunciado a la herencia del palacete Balada y han donado a la Fundación Hesperia sus respectivas cuotas de participación sobre el inmueble. Así lo confirma la respuesta que la Casa Real ha remitido al Ayuntamiento de Ciutadella, después de que el Consistorio solicitara de nuevo, el pasado mes de julio, la cesión de esta propiedad. El palacete fue legado en 2009 por el inversor Juan Ignacio Balada Llabrés a los entonces príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, y a los ocho nietos del actual rey emérito, Juan Carlos I.
Con este movimiento, Leonor y Sofía siguen los pasos de sus padres, quienes en 2010 decidieron destinar la parte que les correspondía de la herencia a fines de carácter social, y renuncian igualmente a hacer un uso privativo del inmueble. Por ello, en la carta de respuesta de la Casa Real se remarca que ahora ambas «carecen de poder decisorio sobre el destino del inmueble».
Mayoría de edad
La primera vez que el Consistorio se dirigió a la Casa Real para solicitar la cesión de la casa Balada fue en junio de 2021. Entonces, la respuesta de Zarzuela fue que la titularidad correspondía a los ocho nietos del monarca y que eran ellos quienes debían decidir cuando todos fueran mayores de edad, condición que ahora ya se cumple.
De este modo, tras la renuncia de Leonor y Sofía, el futuro del palacete queda en manos del resto de herederos y de la Fundación Hesperia. Desde el Ayuntamiento declinaron ayer hacer comentarios sobre la respuesta recibida, a la espera de que el asunto pueda ser analizado por todo el equipo de gobierno.
TorniqueteDejar que una casa caiga de vieja antes de que sea útil a la gente es de mala persona.