El Govern prepara una serie de medidas para racionalizar el personal de la Administración autonómica, ralentizar algunas de las inversiones previstas y reordenar el sector público con la fusión de empresas. Son iniciativas, según anunció ayer el presidente balear, Francesc Antich, tras la reunión mantenida con miembros de su equipo de gobierno y presidentes de los consells en el Consolat de la Mar, dirigidas a conseguir una mayor austeridad de las cuentas públicas pero que "de ninguna manera", enfatizó, afectarán a servicios prioritarios.
Todavía se desconoce qué obras e inversiones previstas en Balears por los diferentes ministerios pueden peligrar, por lo que la Comunidad Autónoma podría empezar por paralizar todos aquellos proyectos que aún no han sido contratados.
El presidente del Govern aseguró ayer en su comparecencia pública que se están analizando las medidas anunciadas por Madrid y el impacto que tendrán en Balears, que como el resto de autonomías tendrá que contribuir a reducir el déficit público del Estado. "Son medidas drásticas y dolorosas", aseguró Antich, aunque recalcó que es necesario realizar un sobreesfuerzo para ofrecer confianza a la actividad financiera y económica. Por ello reclamó "un esfuerzo colectivo" en un momento en el que la economía repunta.
El objetivo, aseguró, es "crear empleo y que la gente que lo pasa mal pueda salir de la situación de paro". El presidente remarcó que en Balears "ya hemos hecho un esfuerzo muy grande", y recordó que el presupuesto de 2010 es el más austero de todas las comunidades autónomas españolas, con una disminución del montante global del 6 por ciento y una reducción del déficit público del 6,5 por ciento. Además, se han aumentado las inversiones para reactivar la economía privada -actualmente hay 500 millones de euros de inversión pública en marcha-, por lo que se espera que el recorte anunciado por el Gobierno central no afecte de la misma manera a todos los territorios.