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Rescatan a un obrero precipitado por un pozo de 40 metros en Maó

El suelo de una planta baja del pasaje des Molí cedió de repente y el hombre cayó al vacío sobre aguas sucias

Uidades del 061, de los Bomberos y de la Policía local están actuando sobre el terreno. | Gemma Andreu

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Pudo ser una tragedia para E.N.Z., un obrero de la construcción de nacionalidad ecuatoriana que sufrió este jueves sobre las 16 horas un grave accidente laboral cuando trabajaba en una planta baja del pasaje des Molí, perpendicular a la calle Bellavista en la barriada de las Tanques del Carme. Por causas que investiga la policía judicial del Cuerpo Nacional de Policía el suelo, al que le habían retirado ya parte del embaldosado, cedió de repente cuando este trabajador pasaba por encima en una de las tres habitaciones del inmueble.

A pesar de la aparatosidad del accidente, milagrosamente, tras una primera valoración en el Hospital Mateu Orfila, solo se le apreció una fractura leve en los senos paranasales y policontusiones, aunque permanece ingresado en observación.

El hombre, de 45 años y unos 90 kilos de peso, se precipitó al vacío por lo que resultó ser un antiguo pozo, que al parecer ni siquiera constaba en los planos del edificio. De unos 40 metros de profundidad y un metro y medio de ancho, el pozo culminaba en aguas sucias, con muy mal olor y plenas de cucarachas según comentó Baltasar Seguí, el bombero que bajó con determinación a rescatarle en una operación de gran complejidad. Tuvo que colocarle un arnés improvisado, situarse debajo de él y empujarle mientras los otros dos bomberos tiraban hacia arriba. El rescate se prolongó durante más de hora y media hasta que lograron sacarle a la superficie donde le aguardaba la doctora del 061 y los técnicos sanitarios que lo trasladaron al Hospital. El herido no llegó a perder la conciencia aunque se quejaba de dolor en las piernas, comentaron otros obreros de la empresa.

«Ayudadme que me ahogo»

Tras advertir su caída, los dos compañeros que trabajaban en la misma obra iniciada ayer por la mañana contactaron con el responsable de la constructora, Pedro Fernández, que llegó de inmediato con una cuerda larga. «Ayudadme que me ahogo», gritó el obrero tras la caída. «Hemos tenido la suerte de que yo llevaba cuerda en el camión y se la hemos podido lanzar para que se atara a ella antes de que llegaran los bomberos porque sino se habría ahogado», dijo Fernández, quien no se explica «cómo había un pozo ahí debajo», se pregunta.

La Policía Local cortó el tráfico en la calle durante el rescate.

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