Consumió cerveza hasta emborracharse, se peleó con un compatriota y posteriormente dio rienda suelta a su agresividad causando lesiones a otra persona y provocando destrozos en varios vehículos estacionados en la avenida Los Delfines, de Cala en Blanes, en Ciutadella.
El menor, de nacionalidad británica, acabó siendo detenido por los agentes de dos patrullas del Cuerpo Nacional de Policía que también sufrieron la agresividad del joven, tanto en el traslado a la Comisaría como en la propia sede policial.
Los hechos ocurrieron poco después de la media noche del pasado sábado. El menor, de 16 años de edad, se había peleado con un compatriota de edad similar en las inmediaciones de un bar británico de la urbanización. Alterado por el alcohol consumido, su reacción tras pegarse con el otro menor fue emprenderla a golpes y patadas con varios vehículos que estaban estacionados en ese lugar.
Al parecer uno de esos vehículos pertenecía a un familiar del dueño del bar de la zona, que salió a reprenderle cuando vio como estaba actuando y a pedirle explicaciones por su comportamiento. El menor, en lugar de aplacar su actitud agresiva, también se encaró con el propietario, al que acabó lanzando una silla a la cabeza por lo que precisó asistencia sanitaria. El hombre, natural de Ciutadella, de 42 años de edad, aportó el parte de lesiones causadas por la agresión del menor con la silla.
Minutos después acudirían varias patrullas del Cuerpo Nacional de Policía, avisadas del incidente que se estaba produciendo.
Los agentes procedieron a la detención del menor que, sin embargo, continuó mostrando su agresividad en el interior del vehículo policial tras haber sido reducido por los efectivos. Lanzó patadas a los asientos y cristales resistiéndose a su traslado. Cuando llegó a Comisaría escupió a su alrededor y, al parecer, trató de patear a los agentes que le custodiaban en la sala donde se estaba elaborando el atestado, según supo el abogado de oficio, José de Juan López, que acudiría para asistirle.
Cuando estuvo calmado, lejos de mostrar arrepentimiento o disculparse, el menor, a través de un intérprete ya que no habla español, no reconoció los hechos y se limitó a comentar que había bebido varias cervezas y no estaba habituado a hacerlo en su país de origen.
El adolescente pasó la noche en las dependencias policiales hasta que el domingo por la mañana fue puesto a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 1. Sus padres indicaron que había salido a tomar algo con sus amigos, pero en principio se negaron a asumir ninguno de los desperfectos ocasionados por su hijo horas antes.
La juez le dejó en libertad mientras se completan las diligencias. La familia tiene previsto abandonar la Isla y retornar al Reino Unido el próximo viernes.