El médico de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Mateu Orfila que fue descubierto y detenido el 27 de agosto del pasado año por grabar a enfermeras en el vestuario con un móvil camuflado tenía cerca de 2.300 grabaciones similares en el disco duro que fue intervenido en su taquilla del centro hospitalario por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía.
El galeno de 43 años y origen peruano, suspendido de empleo y sueldo por el IB-Salut desde su misma detención, almacenaba estos documentos en el soporte digital que había registrado durante tres años, entre 2015 y 2018, según la investigación policial y la clasificación de los documentos visuales.
Las grabaciones ocultas realizadas por el facultativo no se circunscriben a su lugar de trabajo, sino que también incluyen vídeos registrados en otros escenarios, principalmente en su propio domicilio. El volcado de los archivos de imagen en su lugar de trabajo y en su residencia ha revelado que el galeno colocaba los dos teléfonos móviles que utilizaba para cometer estos delitos contra la intimidad y el honor en diversos espacios reservados del Hospital Mateu Orfila, tales como aseos, duchas y lugares de descanso y de trabajo del personal. Por tanto aparecen en las imágenes tanto trabajadoras del centro hospitalario de diversos departamentos como empleadas en prácticas, acompañantes e incluso familiares de pacientes.
El médico camuflaba los teléfonos envueltos en plásticos y cajas. Los situaba principalmente en papeleras o sobre objetos que colocaba sobre las taquillas. Lo hacía aprovechando los cambios de turno y su movilidad por el Hospital.
Dos llaves de vestuarios
Entre otros efectos de interés que fueron hallados por los agentes en los registros que le realizaron se encontraron dos llaves con las que accedía fácilmente a los vestuarios del personal femenino de forma discreta para preparar sus dispositivos de grabación.
Tras ser descubierto después de que dos enfermeras advirtieran la caja sospechosa en su vestuario aquel 27 de agosto y lo comunicaran al vigilante de seguridad, el galeno admitió a los policías nacionales que se personaron en el hospital que él era el responsable. Indicó que tenía un problema y que no sabía por qué lo hacía.
De hecho, algunas fuentes consultadas por este diario insinuaron que el médico se puso en manos de especialistas nada más destaparse el caso para ser tratado de esta supuesta patología de larga evolución que podía estar relacionada con una anomalía psiquiátrica desde su etapa de adolescente.
En el mes de octubre del pasado año eran cinco las enfermeras del Hospital afectadas que habían presentado denuncia contra el galeno en el juzgado, además del IB-Salut. La Policía habría contactado ya con algunas de las muchas mujeres afectadas que aparecen en las grabaciones, quienes muy probablemente se sumarán a las denuncias contra el médico.
101 mujeres afectadas, 83 de ellas en el centro hospitalario
La Policía Nacional, cuyo grupo de pericias informáticas ha realizado el vaciado de los soportes digitales intervenidos al médico, y los agentes que han llevado a cabo la investigación, revela que hay 101 personas afectadas en estas grabaciones obtenidas de forma ilegal, 83 de ellas en el centro hospitalario –enfermeras, pacientes y familiares– y otras diez han podido ser identificadas en otras ubicaciones.
El galeno detenido y puesto en libertad provisional hasta la celebración del juicio, tenía perfectamente organizado el contenido de las grabaciones con una clasificación rigurosa a partir de los lugares donde había hecho las grabaciones. Así creaba subdirectorios con las iniciales de las compañeras que habían sido víctimas acumulando en algunos casos más de un centenar de archivos.