Denuncian a un conocido empresario hotelero menorquín que utilizó, presuntamente, la vinculación familiar que le une con un jugador de baloncesto del Real Madrid para estafar mas de 200.000 euros con inversiones en el extranjero.
Bajo el falso pretexto de invertir en hoteles de Mallorca, Menorca y Estados Unidos el empresario hotelero solicitó hasta 200.000 euros a uno de sus socios. Para tratar de convencerlos, el denunciado argumentó que las inversiones se hacían mediante una empresa en la que participaba el conocido internacionalmente jugador de baloncesto y otros empresarios de primer nivel de las islas, todos ellos relacionados con el mundo de la hostelería.
Abuso de confianza
El acusado, junto con sus socios que, según éste eran de su total confianza y todos ellos importantes empresarios con experiencia del sector de la hostelería y de la construcción, estaban interesados en captar capital para poder arrancar y desarrollar una serie de negocios (inversiones).
Para ello, el querellado se puso en contacto con sus socios mallorquines, conocedor de que se trata de personas que acumulan un patrimonio considerable y le explica su plan de negocios. Su intención no era otra que conseguir aportaciones de capital para poder, según él «arrancar» el proyecto. De esta forma, el empresario menorquín se apropió, presuntamente, de más de 200.000 euros. Según fuentes jurídicas a las que ha tenido acceso Ultima Hora los hechos tuvieron lugar en el periodo de tiempo comprendido entre los años 2017 hasta el 2019, ambos inclusive.
Las inversiones y participaciones que nunca se materializaron debían realizarse en hoteles de Miami y Philadelphia, en Estados Unidos, un bloque de oficinas de lujo y edificios de Nueva York, un conocido hotel en Orient (Mallorca) y un porcentaje de la sociedad explotadora de otro hotel en Menorca.
La presunta estafa se destapó cuando uno de los inversores le requirió las cuentas de los citados hoteles, sospechando del empresario por el alto nivel de vida que mantenía. La sorpresa de los socios fue mayúscula cuando comprobaron que dichas inversiones no se habían realizado y que el empresario se había quedado el dinero. Tras ponerse en contacto con el acusado, éste de forma sorpresiva, realizó algunos reintegros. La acusación le imputa los delitos de estafa, apropiación indebida, falsificación en documento y delitos societarios.