Esta va a ser la tercera denuncia que interpone este verano el responsable del control de las boyas de amarre de Es Grau contra alguien desconocido que boicotea su trabajo. En esta ocasión, la acción es más grave. Han intentado hundir la barca del Govern destinada a este servicio. Estaba amarrada a una de las boyas y durante una de las noches de tramontana alguien se desplazó en barca o nadando hasta ella, quitó el tapón de popa y pinchó las seis cámaras de los flotadores. Se quemó la batería y la inundación evitó que se incendiara. El objetivo era hundir la barca.
El encargado del servicio de amarres y su familia se sienten atemorizados ante la serie de incidentes que sufren, con algún capítulo que se remonta al verano del año pasado. La familia vive en un velero, que permanece amarrado a una de las boyas. «No nos atrevemos a dejar la barca en Es Grau. Mi mujer está asustada», ha declarado.