Las 95 víctimas del médico voyeur que trabajaba en la UCI del Hospital Mateu Orfila solicitan una pena que suma 29 años de cárcel por el mismo número de delitos contra la intimidad y uno más por alzamiento de bienes, de los que se acusa al facultativo, además de una indemnización conjunta que ronda los 600.000 euros, multa de 34.320 euros e inhabilitación absoluta para ejercer como médico durante 70 años.
La defensa del acusado, no obstante, esgrime varios atenuantes. Niega las acusaciones particulares en el relato de los hechos, su calificación jurídica, las penas y la responsabilidad civil, y considera que el delito fue de tipo penal reiterado en un tiempo concreto, y por tanto debe castigarse como un solo hecho delictivo continuado. La pena que pide el abogado es de un año y medio de prisión, o dos años en petición subsidiaria, con una multa de 2.250 euros y una indemnización a las víctimas que suma 211.500 euros, la misma que pide el fiscal.
La fase de instrucción está finalizada desde hace siete meses, pero el juicio aún no se ha fijado pese a que han transcurrido más de tres años después de su detención, en agosto de 2018. Los escritos de acusación, tanto del fiscal como de las abogadas particulares y el de la defensa, ya están en manos de la Audiencia donde se debe celebrar la vista oral. Algunas de las víctimas han manifestado el estrés que todavía padecen por no poder cerrar el episodio que les ha tocado sufrir, hasta que se celebre el juicio y se dicte una sentencia condenatoria.
Las cuatro abogadas de la acusación particular, entre ellas María Ángeles Berrocal, en representación de la Comunidad Autónoma, además de Carmen Pecharromán, Olga Ortiz y Jorge Aguilera, concluyen que el acusado grababa y también difundía las imágenes, aunque la investigación policial no pudo constatarlo. Además le acusan de alzamiento de bienes tras separarse de su esposa para evitar hacer frente al pago de las indemnizaciones.
El médico de 45 años de edad, de origen peruano, fue detenido el 27 de agosto de 2018 en el mismo Hospital Mateu Orfila después de que dos enfermeras descubrieran uno de los dos teléfonos móviles camuflados que utilizaba para grabar a las mujeres en los vestuarios y lavabos femeninos. La mayoría de grabaciones están hechas en estos escenarios aunque hay otras en su propio domicilio, una más en el de la piscina de uno de sus vecinos y otra en el despacho que él tenía asignado en la UCI del hospital. En total la instrucción recoge 1.730 vídeos y 15 fotografías entre 2016 y 2018, aunque en un principio la investigación policial refirió que había 2.300 archivos con 101 mujeres, algunas de las cuales no habrían sido localizadas.
La instrucción que ha llevado el Juzgado número 3 de Maó concluyó en marzo y fue traspasada a la sección segunda de la Audiencia donde se celebrará el juicio.