Al menos cinco hectáreas de suelo forestal habían ardido este martes al caer la noche en una zona de la finca de Son Serra, situada en el término municipal de Es Mercadal, próxima a Son Rubí, lo que supone el incendio de mayor magnitud ocurrido en la Isla en los últimos siete años.
El fuego se declaró poco después de las cuatro de la tarde por causas que no han trascendido, pero en pocos minutos las llamas se hicieron visibles desde varios puntos de Es Mercadal por donde se llega a la finca a través de la carretera de Tramuntana.
Tras tener conocimiento del fuego, el Instituto Balear de la Naturaleza desplazó a su brigada aérea, un helicóptero con base en la Isla, que comenzó a lanzar agua sobre el fuego.
Poco después llegaron las dos brigadas terrestres con dos vehículos autobomba y diez bomberos, tres técnicos y una agente de Medio Ambiente, a los que se sumaron dos dotaciones del parque de bomberos de Ciutadella y dos guardias civiles.
Aunque el viento no soplaba fuerte el incendio se fue extendiendo. Cerca de las ocho de la tarde ya alcanzaba casi las cinco hectáreas de superficie y continuaba descontrolado, aunque los servicios de extinción lo consideran estabilizado desde las 21 horas al no presentar frentes activos que hagan avanzar el fuego libremente.
Los bomberos trabajaban sobre una lengua de 100 metros de largo sobre la que transcurrían las llamas con el propósito de sofocarlas antes de que alcanzaran una vaguada del terreno que podía suponer su apertura y mayor dificultad para controlarlo.
El fuego llevaba una dirección en diagonal de oeste a este por lo que se presumía una noche larga para los profesionales hasta que pudiera resultar perimetrado y controlado. Tanto es así que se solicitó el traslado de la carpa para situar el puesto de mando avanzado desde el que dirigir las acciones a desarrollar.
El fuego, en principio, no afectó a ninguna construcción de la finca ni tampoco registró heridos. Las hectáreas calcinadas por el paso de las llamas suponen el fuego forestal más importantes de Menorca en los últimos ocho años.
Desde el año 2017, solo habían ardido 0,64 hectáreas de terreno forestal, como producto de 23 pequeños fuegos que en la mayoría de los casos se habían quedado en conatos de incendio.