Hacía solo un mes que había recibido la negativa de la jueza a su solicitud de cambio de género acogiéndose a la denominada Ley Trans para registrarse como mujer, cuando incurrió en un delito de maltrato a su pareja sentimental llegando a amenazarla de muerte si le explicaba a sus dos hijos lo que había pretendido hacer, en el marco de una discusión.
«Como se te ocurra decirle a los niños, te los quito, los pierdes y tendrás consecuencias y si hace falta te mato, pero a los niños no los ves más», refleja la sentencia condenatoria dictada el pasado día 11 por el Juzgado de Instrucción número 1 de Maó contra este hombre de 57 años, español y residente en la misma ciudad.
El delito de amenazas en el ámbito de la violencia de género le ha valido una condena de 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad y la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante 16 meses. La sentencia se dictó por conformidad, ya que el acusado quiso evitar la celebración de un juicio con declaración de familiares y testigos.
Quería registrarse como mujer
El hombre había iniciado el proceso para pedir el cambio de sexo e inscribirse con un nuevo nombre meses atrás dando entrada a su petición en el Registro Civil de Maó, aunque la magistrada-jueza del Juzgado número 2 de Maó, María Belén Velázquez, encargada a su vez del Registro Civil, desestimó su solicitud hace apenas unas semanas.
En la resolución, la magistrada destacó que de las manifestaciones realizadas por el solicitante, su actitud y su aspecto externo, genuinamente varonil, «no evidencian ningún signo que permita entender que aquel se identifica con el sexo femenino por el que dice optar».
La resolución añadía que «no resulta razonable pensar que una persona realice todos los trámites para el cambio de mención de sexo cuando la pertenencia al género femenino únicamente pretende que forme parte de la intimidad familiar más estricta o incluso resida únicamente en el fuero interno de la persona, es decir, como una idea sin proyección alguna exterior».
Según la jueza, «es un hecho notorio que las personas que no se identifican con el sexo biológico de nacimiento, precisamente uno de los primeros pasos que dan en el camino hacia su verdadera identidad sexual es el cambio de nombre por otro que les identifique con el género elegido y además, adoptan un comportamiento propio de dicho género en sus relaciones sociales».
Por este motivo, concluyó que «todo ello lleva a pensar que la voluntad del solicitante al interesar el cambio de la mención registral del sexo permanece oculta y no es acorde con los objetivos que persigue la Ley».
Esto pasa por dar más derechos a las mujeres que a los hombres, que si puede, uno se cambia para beneficiarse de la ley. Faltan leyes serias.